Ha pasado lo que parece un siglo y siguen preguntándote si sigues por Sevilla. No es que te pasaras de sutil en la despedida, es que no te leen salvo tus cuatro amigos, o te leen y te olvidan, son tiempos de constancias efímeras. Escribe, idiota, escribe; es lo más difícil y lo que más te gusta; total, nadie lee, puedes ser libre. Llevas unos días, ahora que has recuperado el tiempo, ordenando papeles, certificados, recordatorios de charlas y artículos. Es época de balances y memorias. ¿Qué has hecho este año? Pues vivir bajao del candelabro.