La consolidación de la democracia como sistema político de los estados modernos, planteó la necesidad de avanzar en procesos de alfabetización masiva1, ya que de esta forma, la sociedad tendría los medios para determinar su propio destino. Pero en la medida que se fue avanzando en los procesos de universalización de la educación básica en muchos países del mundo, se reconoció que esto no era suficiente para avanzar en la pretensión de alcanzar un nivel de desarrollo que asegure el bienestar social, más aún con los cambios que se han dado en el último siglo (MEN, 2006a, p. 8).