En contraposición a la tecnología rápida y eficiente ligada a la sociedad actual, el concepto de tecnología lenta busca la satisfacción de las experiencias humanas, centrándose en la calidad, y no en la cantidad, y en parámetros que no tienen que ver con el tiempo. Una filosofía que se aplica también al diseño, y que está relacionada con la sostenibilidad y la búsqueda de nuevas posibilidades a partir de la reflexión.