Hace unos años, hablando con una colega sobre propuestas educativas que usaban Software Libre, ella me preguntaba por el aporte de este tipo de software, y aunque una primera respuesta suele estar en términos de ahorros económicos al no tener que pagar por las licencias de uso, en promover la libertad al poder elegir y compartir los programas que queramos y en desarrollar competencias tecnológicas al tener la posibilidad de modificar el código fuente, reconozco que esto no necesariamente marca una diferencia a nivel pedagógico.