Hace un tiempo que estoy meditando (y participando en discusiones varias) sobre temas que tienen que ver con la educación universitaria, los títulos, las capacidades y oportunidades.
Hasta hace algunas décadas vivimos en un supuesto sistema meritocrático (gobierna quien más méritos hizo), en el que se valoraba a la persona que tenía título universitario como una persona que tenía la última palabra sobre el tema en el que había estudiado (“¡Esto lo hago porque lo dijo el doctor!”).