El mar de los posts fallidos

Hay un mar donde van a parar las entradas que no dan en el clavo. Lo conozco bien: en él están mis poemas incompletos, la mayoría de mis textos... Es un mar secreto; nunca lo he visto ni podría trazar su mapa. Lo presiento cuando las palabras acaban por tapar la idea por una insatisfacción vaga, y entonces lo intento otra vez, uno es un clásico.

Nota: empecé este texto el 5 de marzo, con esperanza de completarlo. Ahora lo publico, the iceman cometh. Y si puedo lo terminaré.

He recibido un comentario privado (que agradezco profundamente)  sobre la serie dedicada a los repositorios de contenidos. Comienza así:

he leído tus entradas sobre repositorios de objetos de aprendizaje

¿Yo he escrito sobre objetos de aprendizaje? ¡Qué mal escribo, cómo pierdo la tensión hacia la idea! He pretendido escribir sobre repositorios de contenidos, que esos repositorios tengan que ser de objetos de aprendizaje es justamente la cuestión.

La pregunta clave es: ¿para salvar la pertinencia de los resultados de búsqueda (la granularidad de la que hablábamos), qué campos son necesarios en el formulario de entrada de datos? ¿se parecen a los de LOM?

Pero es que todo está mal planteado: debemos empezar quizás por repositorios de contenidos, pero está claro que debemos llegar a repertorios de los docentes: paletas de recursos, elegidas por su estilo didáctico, por su experiencia..., para aplicar en su práctica pedagógica.