Los demasiados libros

Gabriel Zaid, dice:

"La gente que quisiera ser culta, va con temor a las librerías, se marea de ver la inmensidad de lo que no ha leído, compra algo que le han dicho que es bueno, hace el intento de leerlo, sin éxito, y cuando tiene ya media docena de libros sin leer, se siente tan mal que no se atreve a comprar otros.

En cambio, la gente verdaderamente culta es capaz de tener en su casa docenas y hasta cientos de libros que no ha leído, sin perder el aplomo, ni dejar de seguir comprando más.[...]

¿Y para qué leer? ¿Y para qué escribir? Después de leer cien, mil, diez mil libros en la vida, ¿qué se ha leído? Nada. Decir: yo sólo sé que no he leído nada, después de leer miles de libros, no es un acto de fingida modestia: es rigurosamente exacto, hasta la primera decimal de cero por ciento. Pero ¿que no es quizás eso, exactamente, socráticamente, lo que los muchos libros deberían enseñarnos? Ser ignorantes a sabiendas, con plena aceptación. Dejar de ser simplemente ignorantes, para llegar a ser ignorantes inteligentes.

Quizá la experiencia de la finitud es el único acceso que tenemos a la totalidad que nos llama, y nos pierde, con desmedidas ambiciones totalitarias. Quizá toda experiencia de infinitud es ilusoria, si no es, precisamente, experiencia de finitud. Quizá, por eso, la medida de la lectura no debe ser el número de libros leídos, sino el estado en que nos dejan.

¿Qué demonios importa si uno es culto, está al día o ha leído todos los libros? Lo que importa es cómo se anda, cómo se ve, cómo se actúa, después de leer. Si la calle y las nubes y la existencia de los otros tienen algo que decirnos. Si leer nos hace, físicamente, más reales."

Ya tengo un candidato para mi vale de libros...

Los demasiados libros, Gabriel Zaid.

Comentarios

Imagen de tezcatl

Bueno, esto sí me ha inspirado, tiene varias entradas que nadie aportaba algo más interesante aparte de Massimo al blog, de verdad no sé como no se cansan de seguir recomendando jueguitos en Flash y presentaciones corporativas como la neta de la educación.

Esta reflexión sí que me empuja a poner de una vez por todas en algún lado esa colección de libros electrónicos que he ido recolectando y que a lo mejor no he terminado de leer. Pero con una diferencia: sí voy a ponerme a pensar como dice al final, en que me ha movido el libro, que me ha empujado a intentar o como me ha tocado, especialmente si lo he vuelto a leer, que cambió en como veo y siento desde la primera vez.

¡Qué chipocludo! Pronto les pasaré la dirección de esta biblioteca virtual que seguro se alojará en los servidores de RiseUp. (En lo que acá en EduSol pue'que haya a'luego un espacio más idóneo pa'l cotorreo y recomendaciones entre lectores).