Ni lo viejo es despectivo ni lo nuevo es la solución. Ya se ha dicho por activa y por pasiva que las nuevas tecnologías por sí mismas no son la panacea de la educación, aunque a veces se conviertan en un fin en sí mismas. A menudo sirve para poder incorporar la etiqueta de innovación pedagógica o justificar la inversión de las políticas educativas. Pero ya sabemos que un ordenador en un aula, no es suficiente para mejorar los procesos de aprendizaje.