Según dicen, los videojuegos son el producto de ocio más consumido por
gentes de todo tipo y pelaje. Mueven más dinero que la música y el
cine. Levantan la sospecha de las autoridades. Son criticados por
padres y pedagogos. Y los jóvenes se pasan las horas muertas con estos
juegos que atraen, hechizan y embaucan a quien los mira.