En el río. Cuando los dioses... crean repositorios

Creo que los hechos, los míos,  están suficientemente establecidos en las dos entradas anteriores. Eso es lo que he visto sobre el tema de los repositorios de contenidos. Ahora hay que meterse en el río de la opinión:  a mojarse.

Como no hay estudios científicos de nada, si queremos salirnos del discurso de la propaganda tenemos que movernos por impresiones personales. Mi punto de partida es que estos repositorios se están usando poco y voy a reflexionar acerca de porqué. Si un estudio serio demuestra en algún momento que me equivoco seré el primero en alegrarme.

A ver, ¿hasta qué punto Merlí, Educarex, BARTIC, Agrega... eran lo que pedíamos los profesores, y hasta qué punto cuando los pedíamos nos estábamos equivocando?

La entrada

En este tema de los repositorios tendemos a confundir las dos fases:
la de la entrada de nuevos recursos y quién la hace, y el momento de la
recuperación de los datos, de la consulta por el profesorado para el
que se ha creado la base de datos y las distintas interfaces de uso.

¿Quién introduce los datos? En este punto creo que Agrega se lava las manos: recupera los datos del CNICE y en adelante serán las comunidades autónomas las que se encarguen de llenar la base de datos con sus recursos propios. Agrega está vacío, porque es una autopista, no un punto de destino. Pero me pregunto si la autopista construida vale los 4,8 millones de euros que nos ha costado. Lo sé: esta es una pregunta política, ojalá lleguemos a una política de asunción de responsabilidades.

¿Quién introduce los datos? En Andalucía se apostó por un sistema garantizado, en el que los datos los seleccionara un conjunto de expertos de cada campo. Los usuarios pueden sugerir nuevas entradas, y los expertos las revisarán y subirán las que consideren de calidad suficiente. El problema primero es que la de experto es una condición sociológica (uno es experto si los demás te consideran experto), sin más entidad metafísica (puede que lleves lejos de las aulas veinte años y no sepas lo que es el twitter, o puede sencillamente que tu criterio no sea compartido). Y un problema adicional es que este sistema genera necesariamente recursos desfasados: el proceso de bendiciones a través de la jerarquía de valoraciones desde que se descubre el recurso o la experiencia hasta que llega a la base de datos no puede ser ágil.

¿No sería mejor un sistema de valoraciones con distintos pesos? ¿Un sistema en el que todos pudiéramos aportar sin mediaciones, pero la interfaz de usuario dejara elegir entre ver todos los recursos o los recursos bendecidos?

He dejado para el final una cuestión sólo aparentemente técnica: ¿cuántos apartados del estándar LOM es necesario rellenar para que después la consulta por los usuarios sea granular? Y puestos a gastar dinero, ¿no es esta una buena oportunidad, la de completar fichas iniciadas por profesoras y profesores sin conocimientos técnicos pero que están compartiendo sus experiencias inmediatas?

La salida

En primer lugar, repetiré que creo que la idea de Agrega era necesaria: preparando esta entrada he visitado varios de los repositorios autonómicos, y a a pesar de que las lenguas no me asustan debo decir que la experiencia es desanimante: no creo que muchos profesores superaran las barreras de las diferentes interfaces. Vale, dicho queda. Hay que construir túneles entre las distintas bases de datos, para que cada cual pueda llegar a los recursos de todos desde la interfaz que le sea familiar.

En segundo lugar reconozco que todas las interfaces de consulta son muy bonitas (muy profesionales :-)) pero devuelven de forma predeterminada listas de contenidos mezclados (sí, ya sé que es porque están vacías y para que parezca otra cosa). Sabemos desde Austin que si queremos desanimar una búsqueda el mecanismo es responder con una lista; como decía el inglés, para los humanos (él escribió los filósofos) una lista es infinita si tiene más de diecisiete elementos. Hablando en serio y en claro, nadie pasa en una lista de mirar cuatro o cinco de las propuestas, quizás las primeras, quizás eligiendo al azar. Ergo la salida es relevante o es inútil.

Lo que nos lleva al tema de la granularidad. Como escribía Odile, para búsquedas difusas ya tenemos google (que es al que acuden el cien por cien de los alumnos y el noventa y nueve con nueve de los profesores). Propongo establecer un test de repositorios, algo así como el EICAR de los antivirus: ver qué documentos reutilizables (=de licencia libre) encontramos sobre el teorema de Pitágoras que tengan que ver con la práctica de la enseñanza / aprendizaje en Segundo de Secundaria Obligatoria.

Otra pregunta: ¿qué es un recurso relevante en febrero de 2009?  ¿Una reflexión en una bitácora? ¿vídeos en YouTube de apoyo a la enseñanza del lenguaje de las presentaciones en inglés?

Centralizando

Es significativa la noticia del día 10, y merece una interpretación. «Las editoriales exigen la descentralización de las TIC» es un argumento aprentemente extraño, pero muy aclarador. En primer lugar recordaré que el pliego de condiciones lo ganó una máquina de ganar concursos con todas las bendiciones del establishment: Indra, no un grupo de radicales hippiosos (ya quisiéramos). Y que las editoriales no se están oponiendo a la digitalización y a la internetización de sus preciados recursos (procesos que todos vemos, salvo ellas, cedro y la sgae, que constituyen a plazo medio su harakiri sin gloria). Lo que las editoriales quieren es el eterno divide y vencerás: vender comunidad a comunidad, comarca a comarca, centro a centro los mismos recursos, a la misma empresa. Lo he visto en mi puesto de trabajo anterior: 32 delegaciones invirtiendo 32 veces en las mismas soluciones. Eso no es descentralizar, eso es hacer el i...

Tengamos las conceptos claros: Agrega no es un sitio de destino, es una autopista que comunica destinos. Y por supuesto que hay un espacio para las editoriales: el profesorado no tiene tiempo, ni conocimientos, para la creación de todos los recursos que necesita. Y la necesidad de recursos es infinita porque la realidad siempre cambiará, los medios cambiarán... Lo que no tiene sentido ya es montar el negocio en la administración de la reventa de un recurso ya generado. Y no tiene sentido no porque a ellos no les gustaría, sino porque no debemos entrar por ahí, porque queremos ser dueños soberanos de los recursos que utilizamos y en los que invertimos.

¿Por qué?

Ahora, sólo ahora, estamos en condición de aventurar unas respuestas. Es verdad que falta formación, y que falta un esfuerzo por modificar hábitos. Pero, sin que sirva de precedente, creo que esta vez el profesorado tiene menos culpa que "el sistema". Para el sector del profesorado apalancado daría igual seguir el dictado de un libro de texto que la sucesión de actividades propuestas por un curso en moodle que otro u otra hubiera creado (y se sentiría más moderno, y además dispondría de vídeos, animaciones y pauerpoins).

¿Entonces? Entonces creo que no existen recursos de referencia relevantes. Que se pide un esfuerzo de creación y de puesta en común de materiales que sociológicamente sólo puede hacer una minoría. Y que las herramientas no están a la altura, ni para divulgar lo que esta minoría produce ni para incorporar los recursos libres que se encarguen a las empresas dedicadas a la creación de materiales.

¿Entonces? Un problema es una oportunidad, ¿no decían eso los chinos?