Un buen EABE

Comencé esta entrada como respuesta a un comentario de David Álvarez, @balhisay, en El EABE10 en Podcast, por supuesto antes de que tuviera lugar la parte presencial del Segundo Encuentro Andaluz de Blogs Educativos. Es verdad que nunca termino una entrada, en todo caso huyo de ellas, pero en esta ocasión me pareció demasiado pedante un discurso del tono de "no podemos equivocarnos en esto, no debemos hacer lo otro"... Ahora que lo hemos hecho ya, en vez de una profecía es una autoevaluación, que parece que se aceptan mejor.

Previos

(Sobre lo que pasó en Guadix, grabado, fotografiado, blogueado y tuiteado segundo por segundo, nada puedo aportar - debe haber sido uno de los acontecimientos de la historia seguidos de forma más minuciosa)

Disclaimer. He participado de forma muy muy marginal en el EABE10, los méritos son ajenos. Pero digamos que por historia me siento vinculado a los organizadores, soy de la familia. Léanse las críticas que siguen desde la óptica de la pertenencia y de la implicación. Tercero: no tengo ni idea de qué nivel de participación tendré en el EABE11, que me caerá cerca.

Mi papel. Como miembro integrado reivindico un rol propio, el de cascarrabias crítico. A alguien le tenía que tocar, y por edad, granadinidad y carácter me corresponde de pleno derecho. Denuncio desde aquí dos afrentas: la inexplicable ausencia de mi chandal y el irrespetuoso, juvenil y brillante intento de ocupar mi espacio.

Reflexión personal. Escribe tus opiniones y deja que maduren dos semanas. Si al releerlas te siguen convenciendo pule las formas y publícalas, no salen de tu estómago sino que son lo que piensas. Y sí, es duro conocerse, lo que piensas no tiene porqué ser gran cosa.

Brevísmo apunte previo. La marca EABE está consolidada, y debe conservarse tal cual, aunque la realidad a la que se refiera varíe. Reivindico la A de Andaluz como una redefinición del concepto: son, en nuesta idea abierta de patria, andaluces los que participan en algo que se hace en Andalucía; si la única patria es el mundo, nuestra patria andaluza son unos recuerdos compartidos y una manera de hacer las cosas. También hemos redefinido Blogueros: son blogueros los que usan herramientas para expresar una voz propia.

La pregunta

Preguntaba David algo parecido a esto, o yo quise entenderlo así: ¿qué hechos, qué circunstancias objetivas tienen que darse para que podamos considerar que el Encuentro ha sido un éxito? Muy buena pregunta. Como durante cuatro años mi profesión ha estado ligada a la organización de festejos y espectáculos similares, y como deben de gustarme porque no me pierdo uno, creo que algo puedo tener que decir. Aunque sea por veterano.

La respuesta

Yo también creo que el encuentro ha sido un éxito.

El primer gran indicador de éxito es que el Encuentro se produjera. No por la razón que se ha escuchado, la supuesta falta de apoyo de la administración resuelta con romántica resistencia bandoleril; pero como no soy más administración que ninguno de los que estuvo allí ese no es mi debate, que perdure el mito. Sí porque consiguió reunir un viernes tarde y un sábado a unos y unas setenta docentes de toda Andalucía, Castellón, Murcia, Castilla la Mancha..., pagándose desplazamiento y alojamiento de su bolsillo, para hablar de cosas de educación. Eso no tiene precio, y la recompensa nos la tenemos que dar nosotros mismos, pero debemos estar altos en la pirámide.

Segundo indicador: la creación de lazos. No creo que nadie haya salido del Encuentro sin sentir que ha crecido su red de amigos y amigas comprometidos con la educación. Como platónico que soy (toda filosofía es platónica, se sepa o no), huyo del momento estusiasmo. Pero lo reconozco, me llegó: el rasgo distintivo del Encuentro ha sido emocional. Como una misa evangélica, Guadix era una fiesta, cantamos y bailamos y comulgamos de entusiasmo educativo. EABE10 o la emoción. Lo escribo con ironía, claro, pero con sinceridad: fue emocionante.

Ha sido mi primera desconferencia. Como ex-profesional de la cosa de organizar me preocupaba la reivindicación de la horizontalidad. Previamente, lo puedo decir ya, pensé prevenir del peligro de una experiencia endogámica y caótica, de
egos en competencia. En todo sarao educativo hay que tomar una decisión primera: ¿eligen los organizadores a los conferenciantes o los conferenciantes se postulan? Se suele optar por la opción intermedia: unas cuantas keynotes de estrellas, para atraer a la gente, y charlas, quizás simultáneas, de la plebe, con un pequeño filtrado selectivo si el número de ofertas son excesivas. El peligro de los conferenciantes-gurú (¿los charlatanes?) es que algunos tienen una única historia que contar, una sola colección
de diapositivas que repiten con variaciones mínimas de bolo en bolo. Pero si el público varía, la historia para ellos es nueva (volveremos sobre esto). El riesgo de la autopostulación es que es una oportunidad para los egos: el que considera que merece que se le
escuche puede tener razón o no, puede decir algo nuevo o buscar minutos de gloria. Ahora bien, si no hay dinero no se puede pedir que nadie se prepare una charla original de hora y media o dos horas, en ese caso la decisión está predeterminada.

Me ha parecido que se ha manejado el tema de forma muy sutil: peshá escuchá (genial, ¿ha sido Gregorio Toribio el adaptador?) en los que nadie podía hablar más de seis minutos, y mesas redondas moderadas. Claro que no se han respetado las instrucciones: somos funcionarios, y docentes, no leemos más de las dos primeras líneas. Y claro que no ha habido egos sino generosidad, lo que ha hecho todo el mundo ha sido compartir su entusiasmo y su trabajo. Pero quizás habría que tender a que todo el mundo hablara seis minutos, con presentación apresurada (nuestra lectura de las pecha kucha) o no. Sigo convencido que siguen escondidos verdaderos tesoros, en la timidez y la humildad de profesionales que sólo se manifiestan en el aula, quizás así afloraran.

¿Caótico? Todo ha estado muy pensado y muy dirigido; se ha improvisado en diferido: ahora os ponéis incómodos, ahora nos sentamos por grupos, ahora hablas tú. ¿Que los sillones azules han sido un impedimento? Eso me parece más bien una excusa. Veníamos a comer fresas, naranjas, rotllets. A tomar cervezas a la granaína: comiendo y hablando. ¿Y la discusión, el debate reflexivo, el aprendizaje? Bueno, durante las sesiones nos escuchamos poco, enzarzados en la multitarea de hacer fotos, tuitear, desvirtualizar... Afortunadamente está todo registrado, y en diferido podemos repasar las jugadas más interesantes. El resto del tiempo se habló mucho. Pero insisto en lo escrito maś arriba: el tema de este Encuentro ha sido la emoción y el éxito la creación de lazos.

¿Endogamia? Un poco sí. Un poco sermón para convencidos, con jerga rara, y un poco frikis, admitámoslo. Setenta personas, unos cuantos más por streaming, éramos muchos porque éramos voluntarios, pero cualquier jornada provincial TIC tiene que limitar el número de admitidos a doscientos asistentes por problemas logísticos. Es verdad que el grado de compromiso y de participación es diferente, pero echo de menos para ocasiones sucesivas el trabajo de incorporar a los que no están porque no han llegado. Somos pocos todavía. En este sentido el éxito del Encuentro es sólo relativo, y me toca decirlo.

Para el EABE11 obviamente hay cosas que mejorar. Otra organización de espacios. Debates para los participantes en twitter. Dinámicas de grupo más televisivas. Cosas que irán surgiendo. Pero son lecciones del EABE10. ¿Qué es lo que más me ha gustado? La claridad de ideas, y la ambición de los organizadores. No la lucidez de las ideas que se discutieron en Guadix, difusas, sino las que nos llevaron a Guadix. La definición del Encuentro como un punto en un proceso, como una inflexión de un movimiento poderoso que no sabemos a dónde nos puede llevar. Estoy en él. Formo parte del EABE.