Navidad 2009
Nuestra corta imaginación nos hace ponerle números a trozos de nuestra vida. Terminó 2009. Listo, acotado, liquidado. Un infarto, un coma hipoglucémico, una caída, una depresión, una pancreatitis. ¿Un año malo? No, un año trasparente, un año sin careta: como cuando la lluvia arrastra la tierra y deja la roca desnuda, todos luchando, golpeados, heridos, pero todos. Boqueando como peces buscando la alegría.
Curioso, estas Navidades con tiempo no tenía tiempo para perder el tiempo. Humor impaciente. Glorioso offline voluntario. Desintoxicación. Ya sabemos que a cada cual le va en la red según su elección. En mis redes, mayoritariamente españolas, masculinas y docentes, todos sabemos tres cosas: cómo solucionar los problemas de tu equipo, lo que hay que hacer para salir de la crisis y cómo se arregla la educación. Aunque luego consista en despedir al 40% del profesorado. ¿He escrito ya que la web2.0 es un ombligo?
He leído, por y con placer. Terminé, tras muchas consultas parciales, el libro de Zabala y Arnau sobre las competencias (1). Creo que sólo entiendo parcialmente las menciones esquemáticas de Zabala a sus libros anteriores, qué poco sé de didáctica. Sin embargo comprendo que se trata de un libro, de un discurso necesario, convincente y tremendo. Si tiene razón, ¿cómo la academia bendice después comisiones, planes y pactos de ministerios y consejerías para mantener el sistema contrario? Y si la educación en las competencias es una necesidad social, ¿entonces el poder es impotente?
También un libro muy francés de psicología social (2). Nuevas herramientas de análisis y de debate. Un ejemplo que no está en el libro, la pregunta de porqué se vota a corruptos, siempre me la he respondido con dos principios, el de "salvar la cara": la explicación de que cuesta tiempo reconocer los errores, votando o en cualquier otro ámbito, a todo el mundo le cuesta reconocer que se ha equivocado — un cambio así requiere tiempo o un cataclismo; y el de "mis corruptos": «serán unos ineptos, pero son nuestros ineptos». Ahora sé reconocer nuevos mecanismos: la autotrampa de la escalada de decisiones. Un placer, aprender. Interesante rama de la ética, el estudio de los comportamientos reales. Y un desafío: ¿cómo compatibilizar estas conclusiones con las de los economistas del comportamiento guiado por incentivos o por lo racional individual?
Más francés todavía el libro de Pennac, Mal de escuela (3). Emocionante. Bien escrito. Bien pensado, bien sentido. Golpea en la línea de flotación de todo enseñante consciente, cargado con la historia de sus fracasos. Quien no guarde fracasos en su conciencia no se ha enterado de nada.
¿Qué hice yo en 2009? Jugar al ajedrez con el dinosuario, la partida de lo posible. Aprendiendo mucho pero no sé si útil. Como de perfil, como el otro no estoy del todo ahí. O mejor dicho: estoy en más sitios.
Cuando venga Sócrates a preguntar qué es lo importante, levantaré el dedo con el entusiasmo del niño de escuela que sigo siendo:
— Yo lo sé, yo lo sé. ¡Lo importante es la alegría!
Notas
(1) A Zabala & L Arnau, Cómo aprender y enseñar competencias. 11 ideas clave (2007)
(2) RV Joule & JL Beauvois, Pequeño tratado de manipulación para gente de bien (2002)
(3) D Pennac, Mal de escuela (2007)
- Bitácora de jrfernandez
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