Debería ir a anexarme por allá un par de añitos.
No entiendo esto del µ-blogging. Es que combina eso de publicar cosas de mi que ni a mi me interesan con hacer públicas mis conversaciones de mensajería instantanea.
Dependiendo del tipo de bici, tiene que pagar una anualidad o la bici se traba y no funciona hasta que pague.
Si compró la bici ‘Estilo Casero’, no puede usarla para hacer plata con mandados a la pulpe o repartiéndo periódicos. Para eso tiene que comprar la Bici ‘modelo Empresarial’.
(…)
Pero no se agüeve, por comprar la Bici modelo 2008, le hacemos un gigantesco 5% de descuento cuando tenga que comprar la Bici 2010.
Viene de aquí.
En 1790, el Congreso de Estados Unidos firmó su primera ley de derechos de autor.
En esta, los autores tenían derecho sobre sus obras registradas por 14 años. Cuando estos 14 años pasaban, si el autor estaba vivo podía renovarlos por 14 años más, si no estaba vivo, pasaban al dominio público.
En cualquier caso, las restricciones sobre las obras no duraban más de 28 años, y en el 95 por ciento de los casos los autores no renovaban sus derechos.
En 1831, extendieron el término inicial a 28 años.
En 1909, extendieron la renovación a 28 años.
«Para nadie en el mundo fue sorpresa que su firma y aprobación no pasaran de ser actos protocolarios, tolerados quizás más por representar la esperanza de una tregua que por significar una acción resolutoria de los conflictos fundamentales arrastrados desde el primer cuarto del siglo anterior, y que a estas alturas amenazaban un desenlace nefasto, producto de aquella antigua creencia errónea en un destino para la humanidad. Creencia absurda que, como especie, no nos llevó más que por el camino equivocado de asumirnos como el paso intermedio entre el animal y el ángel, cuando ni los ángeles existen, ni los animales deben aspirar a trascendencia alguna, al menos no los de nuestra ralea.»
