Hay dos reglas básicas que se deben cumplir. Primero, sólo podemos tratar de vencer al adversario a través de los protocolos. No se puede usar la fuerza, la legislación ni los sicarios.
Segundo, los protocolos deben ser públicos. Lo único secreto son las claves, que son datos, no algoritmos. La seguridad es distinta a la ofuscación, y mantener el protocolo oculto puede ser costoso o imposible. Entonces mantener los protocolos ocultos es una muestra de que no serían útiles si son analizados seriamente.
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