Sakura sakura

Sakura en Fukushima (GNU FDL. Wikimedia Commons)Faltan pocos días para la entrada de la primavera, la estación más esperada en todas las culturas, ya que, además de reconfortar los cuerpos alejando el frío, la lluvia, la nieve y la oscuridad de noches largas, alegra los ánimos con una auténtica y exuberante celebración de la vida: las aves migratorias regresan llenando el cielo de cantos y de bailes, otros animales despiertan de su letargo, las semillas brotan y las flores se abren, llenando el campo de olores y colores.
Con la palabra hanami los japoneses definen su tradicional costumbre de contemplar la belleza de las flores, sobre todo de la flor del cerezo cuando llega la primavera, una flor a la que está dedicada una de las más famosas canciones populares de Japón, Sakura sakura (el nombre de esta flor en japonés).
Esta primavera gran parte del país del sol naciente no conseguirá llenarse de flores,  y deberán pasar siglos antes de que en Fukushima puedan nacer unas flores tan bellas como las de la foto, tomada justamente en ese pueblo duramente azotado por la naturaleza y, sobre todo, por la temeridad del ser humano.
Mis alumnos, alumnas y yo tocaremos en clase Sakura sakura para recordar a las miles de víctimas de esta tragedia y para estar cerca del pueblo nipón con nuestros mejores deseos.

 

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