Educación Musical

Vivo en una localidad con gran tradición musical y amplias expectativas hacía la educación de sus ciudadanos. Disponemos de un Conservatorio Elemental de Música.

Cada año el profesorado del Conservatorio se desvive en sus campañas de captación de alumnado con múltiples actividades. Se desarrollan actividades casi “individualizadas” con todo el alumnado de 2º de E. Primaria de los centros escolares para presentarles sus planes de estudios, las posibilidades de los distintos instrumentos y en general, transmitir las ventajas de una educación musical reglada.

De esta forma son muchos los niños y niñas que desde 3º de E. Primaria inician sus estudios musicales con el instrumento que han elegido. ¿Demasiado pronto para una decisión tan importante? ¿Gasto inicial importante en la compra de un instrumento? ¡Quizás, pero así está la normativa!

El Conservatorio de Valverde no sólo recibe alumnado de la localidad, sino de los pueblos de alrededor. Es digno de admirar el esfuerzo de muchas madres y padres, montados en el coche, leyendo en la entrada del Conservatorio o simplemente paseando por los alrededores durante dos o tres horas, esperando a que sus hijos/as acaben sus clases para volver a su punto de origen.

Son muchos los ciudadanos de Valverde que terminan su Grado Elemental y luego continúan con el Grado Medio, pese a tener que desplazarse a Huelva, con el consiguiente esfuerzo para las familias que apuestan y apoyan esta decisión. Desde las instituciones locales se lucha por conseguir que el Grado Medio se pueda dar en el Conservatorio de Valverde dado el elevado número de beneficiarios, pero se indica que es costoso, que es una gran inversión y que de momento se debe esperar.

Un gran esfuerzo y cantidades de dinero importantes para las familias que apuestan por esta educación y para el gasto público en general.

¿Por qué os cuento ésto?

Viendo los acontecimientos de éstos últimos días sobre la representación de España en un Festival me ha dado por reflexionar sobre el tema.

Me parece indignante no tener en cuenta el gasto público, el esfuerzo de mucha gente por una Educación Musical de calidad y apostar por modas, “pandas de frikis”, “terroristas musicales”, “votos por Internet”,  para representar a un país en un concurso que tendrá mayor o menor relevancia, pero se representa a la música de un país.

Debemos  apoyar y apostar por el esfuerzo diario de aquellas y aquellos que trabajan en serio por la música.  No gastemos nuestro esfuerzo ni nuestro dinero en apoyar espectáculos “fantasmagóricos”, “esperpénticos”, que sólo buscan el protagonismo de tal o cual sector de nuestra población. Apostemos por nuestros jóvenes músicos con educación reglada y démosles la oportunidad de demostrar sus potencialidades.

FOTO: Tomada prestada del Blog del Conservatorio de Valverde