Slow design, el diseño tranquilo

En contraposición a la tecnología rápida y eficiente ligada a la sociedad actual, el concepto de tecnología lenta busca la satisfacción de las experiencias humanas, centrándose en la calidad, y no en la cantidad, y en parámetros que no tienen que ver con el tiempo. Una filosofía que se aplica también al diseño, y que está relacionada con la sostenibilidad y la búsqueda de nuevas posibilidades a partir de la reflexión.
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La definición de tecnología lenta surgió por primera vez en el libro de Lar Hallars y Johan Redtrom Slow technology: design for reflection, como un diseño centrado en las personas y no en la productividad o la eficiencia, en el descanso mental y en la reflexión. Se trata de una noción de la lentitud amplia, que promociona otro tipo de valores, desde la sostenibilidad en los objetos diseñados para ser perdurables, pensados para el futuro, hasta la desaceleración del ritmo de vida actual, buscando soluciones más lentas, pero mejores, ya sea para la salud, el medioambiente o la creatividad.
El laboratorio SlowLab se basa en esta idea. La organización,  fundada por Carolyn Strauss y ubicada en Nueva York y Ámsterdam, considera el diseño lento como una forma de activismo creativo que prioriza la imaginación, el intercambio de conocimientos y la investigación en espacios y objetos cotidianos que la rapidez hace que pasemos por alto. Entre los proyectos desarrollados en este laboratorio está Slow Rider de Olivier Peyricot, un coche proyectado a un futuro donde la sociedad priorizará la tranquilidad y el confort por encima de la rapidez. En funcionamiento, el vehículo pasearía por la ciudad y al ser aparcado, se convertiría en parte del mobiliario urbano, permitiendo que la gente se sentara a leer o a descansar. Eco-Cathedral es otra de las ideas surgidas dentro del colectivo, un edificio ubicado en un entorno natural que se irá construyendo a lo largo de los años con el crecimiento de la vegetación.
En el mismo sentido, aunque desde un punto de vista más conceptual, Near Future Laboratory desarrolló hace unos años el dispositivo Slow Messenger, un aparato que ralentiza el envío de mensajes, ya sean correos electrónicos o SMS. Los textos tardan en llegan al receptor dependiendo del tiempo que el emisor haya transportado en su bolsillo el aparato. La idea no busca ser una forma práctica de comunicación, sino recrear la experiencia de esperar y recordar la importancia del tiempo en la era digital.
Pero estos conceptos vinculados al diseño lento se han trasladado también al día a día de la ciudad, como herramienta para mejorar la calidad de vida a través del urbanismo y la arquitectura. Los espacios peatonales, o la construcción de escaleras más agradables, donde el trayecto promueve la interacción social o el juego, son algunos ejemplos.
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