La Campus Party embarca a un pequeño pueblo hacia el mundo digital

La Campus Party de Valencia ha transformado hoy parte de su actividad cibernética en iniciativa social embarcando a medio centenar de vecinos de un pequeño pueblo, Aielo de Rugat, hacia el mundo de las nuevas tecnologías en un intento de hacer frente a la llamada brecha digital.

Han sido 54 personas de un municipio con 188 habitantes adentrado en la provincia de Valencia. Han conocido de cerca el mundo digital que transcurre por cables y ondas, y algunos de ellos han hecho un cursillo de iniciación que les acredita, con título incluido, como internautas.

Una de las "campuseras" que ha guiado esta visita ha sido Emi, un ama de casa de 51 años que abandonó "el mocho por el ordenador" y ahora asiste por quinta vez a la Campus Party.

Emi, que ha pasado la noche jugando al "Counter" -un juego de chicos, según dice-, ha relatado su experiencia a los vecinos de Aielo de Rugat y les ha animado a iniciarse en internet, ya que si ella, que "ha limpiado casas toda la vida", puede, "cualquiera" es capaz de hacerlo.

Las personas sordas también han tenido su espacio en la agenda de hoy, mediante una plataforma dedicada a la "teleinterpretación" en la que se ha presentado una tecnología que permite la comunicación entre usuarios del lenguaje de signos y los operadores de servicios públicos esenciales.

Según defiende la Campus, ninguna incapacidad debería limitar el acceso a la tecnología y Roberto Vidal, de Bilbao, es un claro ejemplo de esta iniciativa. Como buen adicto al "modding" que es, ha ha unido siete ordenadores con las siete ediciones Windows en una original estructura de rayos láser llamada "Universo Windows".

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