La Sexta Mirada

Pequeño baño de arte contemporáneo este mañana. Lo tenía pendiente en mi agenda.

Así que acudo por primera vez a la Casa Góngora de Córdoba para visitar la exposición Córdoba, la sexta mirada, proveniente de Bruselas.

Obras de 8 artistas cordobeses 8. Entre ellos algunos que tengo por amigos. Pinturas, escultua cerámica y videoinstalaciones.

Luis Calvo, forero amigo, trata de la proporción cordobesa en su colorido y sugerente dibujo vectorial que, como ya dije en otro lugar (y no sé exactamente por qué) me recuerda a uno de los proyectos (creo que el de Moneo) para el (aún) “inempezado” Palacio del Sur de esta ciudad. Cinco módulos de diverso colorido que reflejan perfectamente no solo el gusto por la abstracción del arte islámico, sino también la búsqueda del canon de belleza por parte de aquellos artistas.

Hisae Yanase, estimada persona y vecina, vuelve a obsequiarnos con sus interesantes plasmaciones cerámicas. Una obra minimalista que nos remite a otras suyas como la que pudimos ver en la ermita de La Aurora hace algunos años. Interesante reflexión sobre la muerte y el “renacimiento” a través de sus “Contenedores de Alma” que, indudable, explícita y bellamente, nos llevan a las inscripciones funerarias romanas e incluso a páginas anteriores de la historia y arqueología de la Humanidad.

Esteban Ruiz, admirado artista y también amigo de foro, expone un gran díptico donde confluyen Averroes, Borges, el teatro, la diversidad de culturas, las variadas interpretaciones y nuestra imaginación. Y todo ello en una pintura abundantemente matérica que me ha traído a la mente a Barceló. Una obra para rumiar y disfrutar.

Imposible que no me gustase el toque naïf y graffitero de la obra de Pepe Puntas. Ni el alegre, fragmentado y realista pop de Otes. También me han llamado la atención las videoinstalaciones. Especialmente la de los diamantes (M. Bautista); aunque debo aclarar que las otras dos (D. Palacios y A. García Roldán) no estaban suficientemente operativas en el momento de mi visita, debido a problemas técnicos.

Casualmente, a la vuelta, pude entrar al Teatro Cómico donde se exponen obras (principalmente foto y videográficas) de la colección de Pilar Citoler que afortunada, y esperemos que “largamente”, amenizan nuestra ciudad estos días.

Allí me di cuenta de que el arte contemporáneo que se hace en Córdoba (lo visto en la Casa Góngora), no tiene nada que envidiar a lo que se ha hecho en otros lugares (colección P. Citoler).

Sí que eché en falta en las dos exposiciones (posiblemente se trate de otro caso de deformación profesional) una guía didáctica para visitas escolares. Y es que la batalla por el arte contemporáneo debe librarse entre nuestros jóvenes.