Preservar el medio ambiente: Contradicciones y Tensiones

Este fin de semana pude caminar por un pequeño bosque en la zona contigua al balneario de Algarrobo (foto de abajo). Fue una experiencia muy gratificante, pero a la vez me dejó con un sabor amargo en la boca: El bosque quizás tiene sus días contados ya que ahí mismo se han emplazado dos proyectos inmobiliarios con altas torres que miran al mar. Dicen que la zona está protegida, pero ese cuento ya lo he escuchado antes. Al final, casi siempre triunfan los intereses económicos y perecen los bosques.

Es indudable que existe tensión entre el llamado “progreso” versus la preservación del medio ambiente. Y es importante que entendamos que aquí hay varios intereses en juego. Por ejemplo, hay varias perspectivas que considerar al momento de garantizarle la vida al bosque: Para personas que como yo, viven encerradas en el concreto de las grandes ciudades la experiencia de estar dentro de un bosque no tiene precio y por tanto clamamos por el cuidado y respeto de la naturaleza. Para las empresas ese bosque con toda su flora y fauna son sólo un terreno más que podría ser incorporado en sus proyectos de manera muy lucrativa, por lo que su valor pasa a ser un número. Igual cosa ocurre en el caso de los compradores de esas propiedades: ciertamente el bosque puede ser algo que aumenta la “plusvalía” de su adquisición. Para los municipios la cosa es parecida: los proyectos inmobiliarios significan muchos más ingresos que el bosque.

Pero, para la comunidad que rodea los bosques, especialmente aquella con hijos y nietos el fin del bosque podría ser parte de una tragedia ecológica sin retorno, por lo que claramente debería interesarles este tema. Lo mismo se aplica a nosotros como sociedad, es decir, aquella amalgama que llamamos Chile debería verse beneficiada en el largo plazo por la preservación de estos bosques

El punto es: ¿Cómo hacemos para que a pesar de todos estos intereses contrapuestos podamos asegurar la protección de zonas como esta y  evitar que sigan siendo devoradas por el “progreso”?