Somos partícipes, no sólo espectadores de Internet. Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2007.

Hace un par de días me tropecé con una nota periodística que resume mi participación en una mesa con el tema "El futuro del libro en la era digital. Mesa 5: Internet y el proceso de aprendizaje" en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2007. Universidad Veracruzana, México, compartiendo la mesa con Ricardo Mercado del Collado, Alejandro Miranda y Evelio Martínez.

Debo tener el audio y recuerdo escribí unas páginas para este evento, los busco y publico en breve.

Escalón, E. (2007). Somos partícipes, no sólo espectadores de Internet.Año 7 • No. 283 • Octubre 1 de 2007, Xalapa • Veracruz • México. Disponible en internet: http://www.uv.mx/universo/283/filu/filu30.htm . Visitado el 5 de oct de 2008.

Aprovechar esta condición para el aprendizaje, proponen expertos
Edith Escalón

Cada vez hay menos espectadores pasivos y más usuarios activos de Internet: Alejandro Miranda
Internet potencia la producción colectiva de información y conocimientos al permitir a los usuarios “subir” información, crear sitios propios y ser partícipes de la tecnología de una manera activa, coincidieron especialistas en tecnologías y educación virtual durante la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2007, organizada por la Universidad Veracruzana.

“Hemos dejado atrás la etapa inicial en la que sólo éramos usuarios de Internet y lectores de la información, ahora hay una nueva dinámica que potencia la participación porque nos hemos apropiado de la red y producimos contenidos”, aseguró Alejandro Miranda, psicólogo de la UNAM especialista en evaluación en línea y tecnología educativa.

Ricardo Mercado del Collado, Alejandro Miranda y Evelio Martínez, en el foro internacional El futuro del libro en la era digital

Explicó que el poder “subir” información a la red y poder crear sitios propios marca la diferencia, como sucede con los blogs, espacios virtuales donde uno o varios administradores pueden publicar contenidos de manera libre y casi siempre gratuita, a los que pueden acceder muchos internautas.

Lo mismo pasa, dijo, con los wikis –sitios electrónicos que se construyen de manera colectiva– o las comunidades prácticas, que son redes compuestas de individuos u organizaciones que comparten preocupaciones o intereses comunes en un asunto determinado. “Es un hecho, cada vez hay menos espectadores pasivos y más usuarios activos de Internet”.

Ricardo Mercado del Collado, director de la Universidad Veracruzana Virtual, añadió que la actual capacidad de apropiación y la posibilidad misma de ser partícipes y no sólo espectadores de Internet debe aprovecharse en el campo educativo, sin perder el tiempo en discusiones estériles sobre si el aprendizaje presencial es mejor o peor que el aprendizaje en línea.

“Internet llegó para quedarse; lo que en realidad debe preocuparnos y ocuparnos es cómo usar las tecnologías de la información y la comunicación para promover y mejorar el aprendizaje significativo en los estudiantes, para mejorar la calidad de la educación y ampliar la cobertura.”

Lo fundamental en todo curso es diseñarlo de tal manera que los estudiantes aprendan, lo cual se logra al planear el fomento del contacto entre estudiantes y profesores, la reciprocidad y cooperación de grupo, la retroalimentación oportuna, la dedicación de los estudiantes, expectativas altas de logro individual y colectivo, así como la comprensión de la diversidad de talentos y estilos de aprendizaje.

En su participación, Evelio Martínez, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California y autor del libro La brecha digital, agregó que aunque las tecnologías prometen un impacto favorable en enseñanza, el énfasis cuando menos en el campo educativo debe estar en la generación de contenidos que capten interés y refuercen los conocimientos.

Advirtió que el Internet también tiene desventajas, como la posibilidad de encontrar ahí conocimientos no validados, la de convertirse en un distractor para el aprendizaje o el hecho de que muchos profesores se nieguen a utilizarlo, pero reconoció que si la herramienta existe lo más sensato para los educadores es aprovecharla.