Tudo Isto É Fado

Grafiti de Amália Rodrigues en Lisboa (CC BY Môsieur J. en WikiMedia Commons)En cada idioma hay algunas palabras que son tan difíciles de traducir a otras lenguas que terminan siendo aceptadas tal cual. Por ejemplo la palabra portuguesa saudade, incluida en el diccionario de la RAE como “Soledad, nostalgia, añoranza.”. No sé si un portugués estaría de acuerdo con esa traducción, pero estoy convencido de que un fadista difícilmente la aceptaría, pues ninguna de las tres palabras, y tampoco las tres juntas, basta para explicar lo que es saudade. Ni siquiera son suficientes las más de 3.300 palabras, 11 referencias y 3 imágenes que a día de hoy publica la Wikipedia en esta entrada.
Saudade es algo que no se comprende, sino que se siente. Que no se entiende, sino que se sufre. Que no se cuenta, sino que se canta. Y cuando la saudade se canta, se llama fado.
No vamos ahora a intentar explicar esta otra palabra, dejemos que lo haga Amália Rodrigues, considerada universalmente como la reina del fado  (la traducción sólo quiere comunicar el significado del texto y no pretende transmitir su sentido poético).

Perguntaste-me outro dia
Se eu sabia o que era o fado
Disse-te que não sabia
Tu ficaste admirado
Sem saber o que dizia
Eu menti naquela hora
Disse-te que não sabia
Mas vou te dizer agora.
Almas vencidas
Noites perdidas
Sombras bizarras
Na Mouraria
Canta um rufia
Choram guitarras
Amor ciúme
Cinzas e lume
Dor e pecado
Tudo isto existe
Tudo isto é triste
Tudo isto é fado.

Se queres ser o meu senhor
E teres-me sempre a teu lado
Nao me fales só de amor
Fala-me também do fado
E o fado é o meu castigo
Só nasceu pr’a me perder
O fado é tudo o que digo
Mais o que eu não sei dizer
.

El otro día me preguntaste
si sabía lo que era el fado,
te dije que no lo sabía
te quedaste sorprendido.
Sin saber lo que decía
te mentí en aquel momento,
te dije que no lo sabía
pero te lo voy a decir ahora.
Almas derrotadas,
noches perdidas,
sombras extrañas
en la Mouraria,
canta un rufián,
lloran guitarras,
amor, celos,
cenizas y lumbre,
dolor y pecado,
todo esto existe
todo esto es triste
todo esto es fado.
Si quieres ser mi hombre
y tenerme siempre a tu lado,
no me hables sólo de amor,
háblame también de fado.
Y el fado es mi castigo,
he nacido para perderme,
el fado es todo lo que digo
más lo que no sé decir.

Además de la voz, en el fado suele haber dos instrumentos, la guitarra portuguesa, que dialoga con ella, y la guitarra española, llamada viola por los fadistas y generalmente empleada para sostener armónica y rítmicamente la canción, alternando de manera prácticamente continua el bajo con el resto del acorde.
Aunque compartan nombre y pertenezcan a la misma familia de los cordófonos, son dos instrumentos muy diferentes tanto en forma y tamaño (la caja de resonancia de la guitarra portuguesa, más pequeña que la española, tiene forma de pera), como en otras características que afectan decisivamente al timbre, entre las cuales destacan las cuerdas: la guitarra española tiene seis cuerdas de nylon mientras que en la portuguesa hay seis pares de cuerdas metálicas, lo que le confiere su sonoridad plena y su timbre tan peculiar.
Por lo que se refiere al aspecto exterior, seguramente la parte más original es la cabeza, en la que está insertado el clavijero con sus 12 clavijas metálicas dispuestas en forma de abanico. Su decoración es diferente en cada uno de los tres tipos de guitarra portuguesa existentes: la guitarra de Oporto con una escultura, generalmente una cabeza de persona o animal, de manera similar a las violas antiguas, la de Lisboa con una voluta, al igual que la moderna familia del violín, y la de Coimbra con una lágrima, una forma totalmente original que podemos observar, junto con otros detalles, en las preciosas fotos que aparecen en la siguiente presentación, obra de Feliciano Guimarães, quien generosamente las comparte en Flickr.

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