Recordando el 2011…

Tracce effimere, CC Tania Caruso en FlickrCuando termina un año es bastante frecuente oír comentarios sobre si ha sido bueno, malo o regular, lo que nos invita a reflexionar sobre cómo ha resultado para nosotros.
En mi caso, me resulta bastante complicado definir este año con una etiqueta tan simple, pues se han sucedido y solapado acontecimientos maravillosos con otros realmente muy duros, sobre todo un problema de salud del que todavía estoy recuperándome y que espero que dentro de poco sea sólo uno más de esos malos recuerdos que afortunadamente los mecanismos de defensa de nuestra mente se encargan de difuminar.
Simultáneamente a ese trance por el que me ha tocado pasar, y que todavía me tiene de baja, he vivido (sin poder disfrutarlo plenamente) uno de los momentos más gratificantes de este año: la obtención de una plaza de asesor en el CEP Marbella-Coín, puesto al que espero poder incorporarme muy pronto, a ser posible nada más terminar las vacaciones. Tengo mucha ilusión por vivir esta experiencia que estoy seguro de que me resultará muy enriquecedora, tanto a nivel profesional como personal.
Todo eso ha sido durante el último trimestre del 2011, que también es el primero de un curso escolar que he empezado en el centro en el que tengo mi destino definitivo, el IES Vega de Mijas, en el que sólo pude dar 5 o 6 clases a mis 240 alumnos y alumnas de 1º de ESO, muy pocas para poder enseñarles algo más que tres piezas con la flauta, pero suficientes para tomarles mucho cariño y sentir cierta nostalgia cada vez que recibo uno de esos afectuosos mensajes de ánimo que me mandan a través del Tuenti… doce añitos, tan chiquitos y tan grandes.
Durante este último trimestre, por lo que ya he dicho, el ritmo de publicación de este blog ha disminuido enormemente. Eso, sumado al hecho de que durante lo que queda de curso no estaré en el aula, me ha hecho plantearme la posibilidad de cerrarlo, no en el sentido de retirarlo de la red, pero sí de darlo por concluido publicando un último post de despedida y cerrando los comentarios. Lo dije anteayer durante una cena con gente muy cercana a mi, cuatro excelentes blogueros, Benjamín, Javier, Mayti y Piluca, y mi musa. Esas palabras provocaron una reacción tan vehemente de mis amigos que me ha convencido de que educacionmusical.es tiene que seguir.
Este blog, además de servirme de apoyo a las clases y de proporcionar a mis alumnos y alumnas una herramienta de estudio y de encuentro, me ha dado grandes satisfacciones: sin ir demasiado atrás en el tiempo y quedándonos en el año que está a punto de finalizar, el pasado mes de febrero recogí uno de los Premios a Materiales Educativos del ITE, un momento inolvidable en el cual, además de recibir un galardón que premia el blog y, sobre todo, la labor educativa que está detrás de él, tuve la oportunidad de conocer personalmente a algunas de las estupendas personas que trabajan en el ITE, como Carlos, Antonio, Raúl o Ismaíl, a quienes tuve ocasión de volver a ver en diversos eventos, cosa que espero que se repita con frecuencia.
Tanto antes como después de este día, he recibido las felicitaciones de mucha gente de mi ámbito laboral, lo que me ha gratificado enormemente porque desmiente, por lo menos en buena parte, una frase que suele oír quien se implica en este trabajo más allá de sus estrictas obligaciones: nadie te lo va a agradecer. Sin embargo, además del agradecimiento tácito pero sincero y profundo de mis alumnos y alumnas, los únicos en los que pensaba cuando abrí este blog, recibí el reconocimiento del delegado provincial (excelente músico y docente) y del consejero.
También me felicitó el inspector, lo que, junto con el aprecio de los ya citados representantes de la Administración educativa, compensó con creces el hecho de que (parafraseando a una de las premiadas en la más reciente edición de los premios Espiral Edublogs) mi directora no está aquí y mi claustro no me ha felicitado. Aunque cueste creerlo, la directora y el jefe de estudios de mi centro han demostrado un desinterés que roza el desprecio a mi labor y a mi ofrecimiento -totalmente desprendido y manteniendo no 18 sino 21 horas lectivas- de poner mi experiencia a disposición del centro. Pero ya se sabe: nemo propheta in patria sua.
Entre los acontecimientos que quiero recordar aquí, de los muchos que han ocurrido en este tan intenso 2011, obviamente no puede faltar la publicación de Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI – Innovación con TIC,  presentado el pasado mes de junio en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Experiencias educativas en las aulas del siglo XXI - Innovación con TICParticipar en la coordinación de este libro, un proyecto que recoge las aportaciones de más de un centenar de docentes de toda España, ha sido una gran oportunidad de colaborar con unas personas para las que el adjetivo excelente se queda corto, tanto desde el punto de vista profesional como humano, y de aprender mucho de ellos. Hablo de Azu VázquezDiego Sobrino y Pep Hernández, los otros tres coordinadores, y de Juanmi Muñoz y Esther Subias, respectivamente presidente y vicepresidenta de la Asociación Espiral.
Las pocas horas que quedan para que termine el 2011 no las quiero dedicar a recordar el pasado, sino a imaginar el nuevo año, para el que ya tengo en mente varios proyectos, y desearos a todos vosotros, lectores y lectoras de este blog, que en él se cumplan vuestras más ansiadas ilusiones.
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