Para el rey de los videojuegos la educación es la puerta al éxito fácil. J. Paul Raines .. violencia y escuela

Hoy traemos a este espacio dos artículos quizá para hacerlos resonar juntos ... el primero  una entrevista a J. Paul Raines que me ha llamado la atención por Randy Nieves-Ruiz.. en Univisión ...y el segundo una nota de Violencia y escuela "Quiero tener tu presencia, quiero que estés a mi lado"…  Gabriel Brener en América Latina en movimiento ...

1) J. Paul Raines es quizás el hombre más influyente en la vida de miles de jóvenes que quizás no saben siquiera quién es.

Nacido en Costa Rica, de padre estadounidense y madre costarricense,
Raines es el director ejecutivo de GameStop, la gigante multinacional de
venta de videojuegos y programas de computadoras, con sede en Texas, y
con más de seis mil puntos de venta en todo el mundo.

Univision.com tuvo la oportunidad de charlar con él en una parada
reciente en Miami, en donde asistió a un evento de la cadena en un
centro comercial para promover el empleo de jóvenes en esta temporada
navideña y la venta de videojuegos, y nos trajo un importante mensaje:
Los juegos de video son buen entretenimiento, pero sólo la educación es
el camino fácil al éxito humano y económico en la vida.
Raines es un apasionado por el tema, siendo el primero en su familia en ir a la universidad, en donde estudió ingeniería.
A través de GameStop, empresa que nos cuenta ofrece programas de
estudio para sus empleados mediante el reembolso de cursos, y otras
iniciativas personales, como el patrocinio de una beca de ingeniería en
Georgia Tech, Raines nos dijo que para los jóvenes hispanos no hay tema
más importante que la educación formal.
Esto fue lo que nos contó Raines.
"Yo personalmente apoyo lo que es las iniciativas de educación para
hispanos, soy el sponsor de una beca en Georgia Tech para hispanos, para
ingeniería, y mucho de esto nace de que yo soy nativo de Costa Rica...y
desde niño siempre pensé que mi familia, mis papás eran personas con un
nivel de educación no avanzado y siempre ellos pensaron que la
educación era algo fundamental y le tenían mucha fe a la educación".

Y sus padres me imagino no cabían de orgullo (cuando entró en la universidad)
"Mi papá era un militar norteamericano, estuvo en la armada naval 26
años. Imagínate que entró como marino normal, estuvo 26 años ahí y logró
aprender mucho y se desarrolló mucho en la Marina, pero no tuvo una
educación universitaria. Mi madre viene de una familia de Costa Rica en
la cual no había un gran acceso a la educación y entonces sí, le tenían
una fe ciega y un gran orgullo y yo pienso que para los hispanos,
verdad, el tema nuestro fundamental es educación para la juventud,
especialmente en high school, en secundaria".

¿Y por qué es importante educarse si igual hay mucha gente
que ha triunfado a nivel humano, personal, económico sin tener educación
formal? (leer más...)

2)



Cuando algunos medios tratan lo que llaman “violencia escolar” como un espectáculo no hacen más que confundir, quitar contexto y seriedad al problema de la violencia en la escuela, que es de lo que menos se ocupan. Muy eficaces para aumentar la temperatura de la intolerancia, una especie de concurso para ver quién de los lectores de la versión digital escupe lo peor de sí mismo. Prefiero intentar algunas explicaciones como ejercicio de comprensión de algo tan sensible a nuestra sociedad, que necesita mejores soluciones.

Presencia adulta

Cuando los adultos no logramos mostrar que se pueden resolver problemas a través del dialogo (por más confrontación o complicación que supongan) y nos espantamos de como los chicos y adolescentes suelen resolver algunas contiendas en el ámbito escolar, lo que estamos haciendo es "embarrar la cancha". Invocamos reglas de juego que como adultos no cumplimos. No hay mejor ejemplo que el padre que le dice a su hijo lo que tiene que hacer pero él no lo hace. Es necesario, hacernos presentes allí donde los niños o adolescentes nos están llamando. Un hacerse presente que va más allá de estar con el cuerpo, más precisamente se trata de poner el cuerpo y estar disponible. Infinidad de situaciones problemáticas que prefiero llamar violencias de baja intensidad son llamados de los más pequeños para que los adultos nos hagamos cargo y nos animemos a ayudarlos (nos) a convivir mejor, a poner palabra y dialogo, a poner límites, allí donde aparece la cargada, el insulto, o la agresión física. Quizás no sean llamados literales, porque a veces prefieren la ausencia del adulto, pero concederles este pedido sin mediaciones, es no hacerse cargo frente a ellos. La omisión de dichas situaciones por parte de los adultos suelen ser oportunidades perdidas para anticiparse, minimizar o evitar desenlaces que luego lamentamos. Sostengo que es imprescindible que los adultos seamos referentes para los más pequeños, estando allí y dándonos por aludidos, mediando entre ellos y con la cultura, ese es el lugar. Mirar para otro lado, enojarse y no actuar, quejarse sin sentirse parte, son todas variantes de la ausencia adulta. Y esa ausencia es territorio fértil para el vale todo que no es otra cosa que un vacio de normas o las que ponen los más pequeños entre sí, que son geniales para inventar juegos pero no para regular la convivencia en un aula o en la escuela. Nosotros, los adultos, tenemos que marcar la cancha para jugar, y desde esa posición también abrir el dialogo con nuestros alumnos y alumnas para comprender esas normas. Hay que dotar de sentido a las normas, porque muchas veces resulta más cómodo y simple un reglamento que se cocina entre dos o tres adultos, se escribe prolijo y se pega en la pared o se manda por nota, con la expectativa que aquello comenzará a ser cumplido apenas sea visto. Creencia condenada al fracaso que alimenta esa nostálgica certeza de que todo está perdido, de que estamos en la peor crisis. Y allí me asalta algo que siempre me hizo ruido, eso de que estamos en crisis, lo escucho desde que tengo uso de razón. Philippe Merieu, notable pedagogo francés me ayudo a entenderlo de otra forma. En una inolvidable conferencia decía que solo no se está en crisis cuando impera el autoritarismo, en los regímenes totalitarios que imponen una sola y única manera. Que en todo caso la crisis es el precio que deben pagar las democracias para asumir incertidumbres. Valioso aporte para pensar la construcción de la convivencia en las escuelas.[1] 

Ser sujetos de las normas

Es que hay que partir de otro lugar, más incómodo y trabajoso quizás, también más lento, que involucre más personas y de todos los colores. Directivos, docentes, alumnos, no docentes y familias. Abrir la pregunta sobre la norma significa resistir al acostumbramiento a tener que cumplirla sin saber para qué ni cómo. Es resistir a la letra muerta, incluso nos permite mejorar las normas o cambiarlas por otras. En la medida que les ofrezcamos a nuestros alumnos un lugar de participación genuina y no simulada, que sean verdaderos sujetos de las normas y no meros objetos de ellas, es más probable que sean de la partida y no meros espectadores de una decisión que suelen vivir como ajena. Quizás desde estas coordenadas sea factible negociar algunas normas sin quebrar la necesaria asimetría entre adultos y alumnos, en las que los primeros tenemos la responsabilidad de protección y enseñanza que no son asuntos contrapuestos sino parte del mismo desafío. Cuando se transgreda la norma hay que cumplir con la sanción prevista, y aunque a nadie le gusta pasar por allí, no es lo mismo hacerse cargo de una norma con la que se estuvo involucrado que con aquella que siempre se miro desde afuera. Si nos animamos a este desafío, que no tiene nada de fácil y tampoco asegura resultados, es factible que muchos integrantes de la comunidad educativa, empezando por los alumnos, logren mayor pertenencia con la escuela, porque en la medida que la institución me tenga más en cuenta y me permita ser parte de ella con lo que llevo puesto y pienso, es probable que yo sienta que la institución ocupa más y mejor lugar dentro mío. Y entonces lo que allí suceda no me dará lo mismo.

20 de noviembre de 2011


Nota: El título de esta nota corresponde a “Quiero tener tu presencia” de Seguridad Social

- Gabriel Brener es Lic. Educación (UBA) y Especialista en Gestión y Conducción del Sistema Educativo (FLACSO). Capacitador y asesor de docentes y directivos de escuelas. Ex director de escuela secundaria. Co-autor de “Violencia escolar bajo sospecha” 2009 Ed. Miño y Dávila Bs As. 

Fuentes: [Univisión y América Latina en movimiento ]