Ahora que…

Actividad de cierre del diplomado de profordems… no se pudo subir nunca en línea,  aún si se hubiera subido, no sé si la hubieran calificado.
 
Va, para la documentación..
(leer con música de sabina)

Ivan Illich artwork 1Image via Wikipedia

Ahora que…
“El aprendizaje que yo aprecio es una recreación inmensurable”
Iván Illich
    A pesar que en las sesiones presenciales no se presentaron los objetivos y propósitos del módulo, unidad, sesión;  la disponibilidad de ellos en la plataforma, ayuda a la construcción del presente documento.
Tener que evaluar el aspecto informativo de los objetivos,  cuando se trata de un proceso formativo dirigido a profesores en ejercicio, es una muestra de porqué avanza poco la educación en nuestro país. Díaz Barriga comentó en alguna entrevista lo siguiente: “En México, tenemos el sistema de evaluación más compulsivo e inútil del mundo”.  De sus palabras, podemos interpretar que se quiere evaluar TODO, y los resultados se utilizan en NADA.
 
El aspecto formativo de este módulo, realmente fue deprimente. Sentí que el objetivo del módulo era tener UN documento planificador  que pueda ser después usarlo en una certificación; no formar personas que adquirieran la competencia de elaborar documentos que puedan ser usados en su práctica docente.  La elaboración de un solo documento no garantiza la adquisición de la competencia.
 
Sin rodeos, al módulo le hizo falta ser impartido con el enfoque de competencias, le  hizo falta ser diseñado con el enfoque de competencias. Lo más patético que uno se puede encontrar en un salón de clases es a un profesor que diga con su comportamiento “haz lo que digo, pero no lo que hago”.
 
Se necesita que los profesores que impartan el diplomado enamoren a los docentes del modelo por competencias, le demuestren su efectividad, lo utilicen constantemente y no que sólo hablen de él.
 
Se necesita coordinadores honestos y respetuosos, que no se dejen llevar por el amiguismo y el compadrazgo y no permitan que los instructores del curso hagan lo que deseen en el aula como si se tratara de cotos de poder en los que ellos tienen la autoridad suprema. Un instructor que reduce a su arbitrio y necesidad las horas de impartición de curso, habla constantemente por teléfono, responde de manera grosera a las dudas  y, en general, ejemplifica todo lo que un docente, según lo que nos “enseña”, NO debe ser, no tiene nada que hacer en un aula de formación de docentes. La coordinación del diplomado algo debería hacer al respecto.
 
La técnica es sólo un manual de instrucciones que cualquiera puede leer y reproducir. El corazón y las ganas de, a través de la educación, generar un cambio, una mejora, un desarrollo en las personas, el país y el mundo,  es lo que debería caracterizar a  documentos, programas, objetivos, competencias, coordinadores e instructores que participan en este diplomado.  Son millones de pesos, de impuestos de nuestra gente, que se están tirando a la basura, porque, con las circunstancias antes descritas, los profesores nos dedicamos a hacer aquello que  nos piden evitemos: Realizar nuestras actividades por un número, por una calificación (por muchas rúbricas que incluya), por aprobar y no por convicción.
 
Una lástima. Otra lástima para el sistema educativo del país.
 
Peniche, Luis.
Noviembre de 2011
 
“Con la escolaridad no se fomenta ni el deber ni la justicia porque los
educadores insisten en aunar la instrucción y la certificación.”
Ivan Illich.
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