Aunque no eran practicantes fervorosos, los padres de Jobs querían que recibiera una educación religiosa, así que lo llevaban a la iglesia luterana casi todos los domingos. Aquello terminó a los trece años. La familia recibía la revista Life, y en julio de 1968 se publicó una estremecedora portada en la que se mostraba a un par de niños famélicos de Biafra. Jobs llevó el ejemplar a la escuela dominical y le planteó una pregunta al pastor de la iglesia. «Si levanto un dedo, ¿sabrá Dios cuál voy a levantar incluso antes de que lo haga?».