Traducido desde la lista de correo de IAEP del proyecto Sugar, enviado por su mentor Walter Bender (foto).
El año 2008 llegó a su fin, me da una excusa para reflexionar sobre lo que estamos haciendo como proyecto y como fundación. Mucho de lo siguiente lo habrán leído antes, pero es útil, al menos para mí, revisar periódicamente estas ideas.
El mundo se enfrenta a muchos problemas aparentemente insolubles: la guerra, una vacilante economía, una crisis energética, el cambio climático global, por mencionar sólo algunos. Mi generación no ha logrado resolver estos problemas. Nuestros hijos los heredarán de nosotros. Pero podemos aportarles algo: los medios para convertirse en una generación de pensadores críticos capacitados para resolver problemas. La mejor inversión, con el mejor retrono, que podemos hacer por ellos es el aprendizaje. Tiene una incidencia en todos los retos que enfrentaremos y es esencial para que nuestros sobresalgan en un mundo de permanente cambio. Proporcionar a cada niño la oportunidad de aprender a aprender permitirá lograr tanto una claridad de propósito, como también desarrollar medios independientes respecto a sus objetivos.