Un día feliz (14-2-2011)

Termina ya el año y todo el mundo hace balance. No quiero aburrir a nadie haciendo  el mío. Pero si rememorar un día feliz en mi vida.El pasado curso escolar (2010-2011) hube de ocuparme de  la asignatura de Música con un grupo de 2º de la ESO. Tras la experiencia, debo reconocer que mi pasión por la música es casi tan grande como mi falta de dominio sobre esta disciplina, a la que admiro porque me parece la más creativa, la más “mágica” y la más valiosa de cuantas haya elaborado el ser humano.El grupo en cuestión, además,  era un grupo un tanto complicado. Pero cual no fue mi sorpresa cuando, en la entrega de flores y mensajes en el día de San Valentín (no recuerdo haber recibido nunca nada: ni rosas ni cardos) me llegó la nota que  reproduzco en la cabecera de este escrito. (Y que guardo como oro en paño).Para mí fue una inyección de moral impagable. Una satisfacción muy por encima de sueldos o prebendas que la gente cree que disfrutamos los profesores. Esta es la mayor satisfacción que puede tener un educador.¡Gracias Paquito, por tu afecto y  porque me has despejado muchas dudas!