Ciencia de barrio, del laboratorio a los experimentos en la calle
Hoy en día tenemos a nuestra disposición tecnologías sofisticadas que hasta no hace mucho estaban restringidas a los laboratorios. Sin ir más lejos, los teléfonos móviles incluyen dispositivos, sensores y aplicaciones que nos permiten tanto comunicarnos como crear nuevos contenidos en la Red. El taller y seminario Interactivos’10, de Medialab-Prado, propone trasladar la experimentación, propia de las comunidades hackers, a la vida cotidiana.
La ciencia ciudadana se relaciona normalmente con proyectos donde se involucra a un gran número de personas para que participen en investigaciones científicas. Las tecnologías actuales permiten que el público en general se convierta en recopilador de datos, colaborando en el estudio del entorno, así como en creador de conocimiento. Es el caso, por ejemplo, de los amantes de la naturaleza que registran vía móvil las especies de su ecosistema próximo y envían los datos para investigaciones de campo, o los dispositivos móviles que equipados con sensores pueden recopilar información acerca de la contaminación acústica o del aire.
Este concepto de ciencia ciudadana puede trasladarse también a la puesta en común de conocimientos y la creación de proyectos, para que vayan más allá del entorno personal, exportando los pequeños experimentos de cada uno a un espacio público donde otras personas puedan participar. En este ámbito, entran tanto el reciclado de viejas tecnologías y el hackeado de objetos como la autorganización vecinal, buscando formas de colaborar en intereses o causas comunes.
Esa es la intención de Interactivos’10, un taller y seminario que organiza Medialab-Prado en Madrid entre el 7 y el 23 de junio, que busca sustituir la imagen del inventor visionario por una multitud de personas interconectadas, ya sean amateurs, académicos o profesionales. Durante los días del taller se desarrollarán diez proyectos basados en la idea de la ciencia de barrio, como RE:tag, un sistema de etiquetado que da un nuevo valor a los objetos desechados. Antes de dejar el producto, ya sea un ordenador viejo o una silla, el antiguo propietario graba un mensaje de voz en una base de datos explicando la historia de ese objeto, y pega una etiqueta con el número de teléfono en el producto para que quien lo encuentre pueda llamar y escucharlo. Open Solar Circuits, un espacio donde recopilar ideas acerca del diseño y desarrollo de circuitos electrónicos alimentados por energías renovables, o Society of Urban Naturalists, un foro en la Web para que los exploradores de ecosistemas urbanos compartan hallazgos y observaciones sobre el entorno urbano que les rodea, son otras de las iniciativas. Casos como estos muestran las posibilidades de la Red y las tecnologías para inventar nuevas formas de generar conocimiento, uniendo a las personas a través de intereses comunes y trasladándolo al entorno cotidiano del barrio o la ciudad.
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