Sangría mexicana.

Durante años fue el tema de café de muchos de esos activistas clase medieros que aspiran cambiar el mundo pero que no deciden a dar el paso a ningún lado.

Esto no puede seguir así,todo va empeorando. La desestabilización del mal gobierno esta a la vuelta de la esquina como muestra la(el) última(o) levantamiento/huelga/protesta/movimiento/...

Y que llega la desestabilización del mal gobierno, pero no por guerrilleros, ni gracias al gran movimiento civil, pacifico y transformador. Simplemente no lo vimos venir, porque llegó poco a poco.
El libre mercado, el de la “droga” nos jugó mal a todos. No fueron las promesas de libertad, igualdad y fraternidad, tampoco los de tierra y libertad; las que convencieron a muchos de poner su grano de entropía para desestabilizar el sistema fueron la promesa de mejor ingreso y mejor calidad de vida (aunque sólo fuera un espejismo).
Hoy miles de mexicanos se alquilan como mercenarios, salen voluntariamente a servir de ojos y manos a sus señores feudales, en una cruzada enviciadora, todo porque aquí si aplica la ley de la oferta y la demanda. Es lo más parecido a una guerra civil de mexicanos frente mexicanos (y un gobierno que no sabe que hacer, como operar, como darse legitimidad) donde no hay más ideal que el beneficio personal y económico (la remasterización del que el que no transa, no avanza).
El mal gobierno reiteradamente nos dice que no nos preocupemos, que es una guerra entre ellos; como si ellos no fueran personas, no fueran mexicanos. Por el otro lado los neoizquierdistasdigitales no paran de trinar (literalmente) que toda la culpa de la violencia es del mal gobierno; como si el alto al fuego y el acuartelamiento de los perros nos fuera a sacar de este lodazal.
En este punto ya no hay izquierda, ni derecha, sólo debería de existir el bien común, uno que nos permita que la casa no se continué consumiendo. Los pocos optaron y optarán por migrar a mejores condiciones, los más sólo nos queda hacer de tripas corazón.
Con sinceridad no veo una solución a corto plazo y por un buen rato continuaremos viviendo la sangría mexicana.
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