¿”Montar el pollo” o “la paridad”?

Aqui estoy, a viernes por la tarde, con ganas de escribir un post.

Resulta que tengo dos opciones o hablar de paridad o “montar un pollo”. Si bien es verdad que lo que me apetece es “montar un pollo hablando de paridad”, pero me voy a contener.

Nunca he sido favorable a la “paridad”, al menos como se entiende en términos legales o políticos. Tengo clarísima la igualdad entre géneros,  pero no “mitad pa ti, mitad pa mi” ¡¡no!!: Igualdad de oportunidades equivalente a igualdad de recursos, opciones y oportunidades basándonos siempre en la calidad personal, profesional, emocional… etc y no en una catalogación por géneros.

Tú no accedes a un puesto en virtud de ser el mejor hombre o la mejor mujer, sino porque eres la mejor persona, la más adecuada y cualificada para “la cuestión”.

¿Por qué digo todo ésto?

Pues es muy fácil, no entiendo como se da acceso a las mujeres a determinados puestos, para cumplir con la paridad y luego se las utiliza como ¡de aquí “pa trás”!:  ¡mujeres objeto!

Ahora te pongo de portavoz para cumplir con la paridad pero ahora te hacemos unas fotos en plan “mujer-objeto”, que al fin y al cabo era para lo que te queríamos. ¿Ese es el futuro que le prometían a “la niña”?

Evidentemente todas y todos sabéis de que hablo, así que no voy a enlazar a ninguna foto ni a ninguna noticia.

Y yo a lo mío a montar el pollo, mi pollo favorito, aunque no es un pollo ….¡es un pingüino! (las cosas hay que llamarlas como son, para no caer en contradicciones)