Montan en la UNAM ofrendas para celebrar el Día de Muertos

“La muerte es la palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios”.

Ésta y otras frases de Octavio Paz inspiraron las ofrendas que montaron en la UNAM para celebrar por onceavo año consecutivo, el tradicional Día de Muertos.

2 mil 800 alumnos, académicos y trabajadores de diversas facultades se unieron para recordar a uno de los más grandes escritores de habla hispana y en su honor montaron más de 36 ofrendas en 12 mil metros cuadrados.

“Lo más interesante es la participación en la ejecución de la ofrenda porque aquí llegaron muchachos del Taller Ejecatl, llegaron muchachos que venían de otros talleres a coordinarse con los de paisaje y entonces esa interrelación es la más emocionante”, comentó Lucila Russet, curadora de Difusión Cultural de la Facultad de Arquitectura.

Entre todos colorearon la explanada principal de Ciudad Universitaria con papel picado, flores de cempasúchil, semillas y veladoras de distintos colores. En las ofrendas colocaron las tradicionales calaveritas de azúcar, chocolate y amaranto, panes de muerto y los típicos platillos mexicanos.

Algunas rompieron con el esquema tradiciónal y utilizaron otros elementos para recordar a los que ya partieron.

“Los maniquís representan las almas de los muertos, quisimos hacerla blanca para no caer como en el cliché de las flores y todo eso. Por eso lo quisimos hacer así”, dijo Noemí Valdéz, estudiante de Comunicación visual.

En este altar de la muerte es posible encontrar cosas inimaginables como este enorme pan de muerto, que en realidad es un temascal donde unas calaveras explican cómo es la transición entre la vida y la muerte.

“De repente se distorsiona un tanto, vienes aquí y haces cosas medio raritas con esto de la muerte, pero sí, por supuesto que ayudan a preservar la cultura”, expresó Manuel, estudiante de derecho.

Los que participaron en esta obra se sienten orgullosos de ayudar a preservar una de las festividades prehispánicas más famosas de nuestra cultura.

“Es nuestro agregado hacia la muerte, no verla como algo triste, como ese color negro de luto, si no es al contrario, llenarla de color y alegría”, afirmó Ever Torres, estudiante de derecho.

Al final, con su trabajo, demostraron que el pueblo mexicano es el único que puede tener una relación cordial y hasta jugar con la muerte.

“La muerte algo más que temible, es totalmente admirable y es algo que representa una unión entre todos, porque todos vamos a lo mismo”, opinó Ever Torres.

“Algún día vamos a tener que llegar a estar así, entonces es una manera de burlarnos nosotros mismas de nuestra propia muerte”, concluyó Teresa, estudiante de psicología.