Transporte Público: El Problema (y la oportunidad) de los TAGs

En las últimas semanas se ha producido una intensa controversia respecto a los TAGs utilizados por las empresas concesionarias para cobrar por el uso de las autopistas que administran. Estos pequeños aparatos adosados a más de 1 millón de autos en Chile, tendrían una vida útil de no más de cinco años dado que la batería interna se agota. Según se ha establecido la batería viene soldada al dispositivo y su remoción eliminaría los datos que identifican de manera única a cada usuario,  por lo que se hace necesario reemplazarlo a un costo más de $20.000 (en dólares, aprox., $40). Los usuarios se oponen y las autoridades buscan alternativas.

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Un Chip (tag) de RFID. Fuente: flickr.com/photos/midnightcomm

Por mi parte, llevo algunos días pensando y conversando con amigos respecto de la siguiente  pregunta ¿Sería posible transformar el problema de los Tags en una oportunidad? Hasta ahora la respuesta es positiva y podría generar un avance inesperado: La llegada definitiva de la “Internet de las Cosas” a Chile.

La Internet de las Cosas

Tal como lo he explicado anteriormente, estamos en los albores de la llamada Internet de las Cosas (The Internet of Things). Parte importante de la transición se basa en la expansión de la tecnología RFID . Según parece, en los próximos años veremos la proliferación de chips y sensores capaces de agregar no sólo bi-direccionalidad a la transmisión de datos, sino que además la capacidad de conectarse con Internet.

Lo anterior abre posibilidades insospechadas para que cualquier cosa se transforme en un “Smart Object”, es decir, objetos inteligentes, que pueden comunicarse en cualquier momento y en cualquier lugar con la Internet.

La transformación ya ha comenzado en países como Corea y Japón. El resto de las naciones más desarrolladas sigue el paso, bastante aceleradamente.

TAGs (Realmente) Inteligentes

Los actuales TAGs usados en los autos para circular por autopistas concesionadas corresponden a tecnologías de uso muy limitado. Si los aparatos estuvieran dotados de un chip similar al que tenemos en los celulares y algunos censores, la cosa podría cambiar de manera radical. Pero obviamente no es sólo acerca de la tecnología. Se requiere de empresas que generen servicios y que administren el sistema. Si se estudian adecuados modelos de negocio, Chile podría transformarse en uno de los pioneros a nivel mundial en incorporar dispositivos inteligentes en los autos y otros medios de transporte.

Modelos de Negocio Abiertos
Hasta ahora, mucha de la discusión radica en el tema del alto costo del dispostivo. Yo me sumo a las críticas, dado que hoy, uno estaría pagando por un aparato que no ofrece casi nada, salvo garantizar un pago automatizado de un servicio.  Sin embargo, podemos usar el ejemplo del IPhone para demostrar que el costo de los dispositivos NO es el problema.

Mi amigo Cristian Sepulveda, el emprendedor tecnológico co-fundador de Ubiqq, me hizo ver este punto: El Iphone tiene un valor de varios cientos de dólares pero llega a los usuarios finales fuertemente subsidiado debido a los acuerdos firmados con operadores de telecomunicaciones y al hecho de que existen empresas de software que usan el dispositivo como una plataforma para ofrecer servicios, por ejemplo, juegos, música, aplicaciones de negocios, etc.

Lo mismo podría ocurrir con los TAGs de los autos: varias empresas podrían participar del negocio, algunas operando la tecnología y otras ofreciendo servicios. En este último caso, podrían participar por ejemplo empresas aseguradoras y de telecomunicaciones, no sólo las concesionarias. Como consecuencia, el costo final del aparato podría ser muy inferior al actual debido a estos subsidios implícitos.

Los Tags como Plataformas de Servicios
Los Tags de la era de la Internet de las Cosas podrían no sólo enviar información a los pórticos de pago sino que recibir y enviar información desde y hacia la red.

Las aplicaciones son ilimitadas. Por ejemplo, si la persona lo desea (obviamente no contra su voluntad) podría tener su tag configurado para informar a su casa a qué distancia se encuentra el auto y activar automáticamente, por ejemplo, las luces de la entrada y la calefacción. Esa tecnología existe en la actualidad y se espera que los precios de los sensores puedan decaer considerablemente.

Otro ejemplo. Supongamos que  estos dispositivos cuenten con un botón de pánico que al activarlo envie una llamada a la policía o a una ambulancia. ¿No sería rentable para las compañías de seguro participar en un negocio como este?

Igualmente, el aparato podría tener un botón de acceso directo a una central de llamados (call center) para recibir información sobre el tráfico u otros servicios que se contraten.  Obviamente, cada servicio extra tendría un valor adicional, pero es evidente que muchas personas estarían dispuestas a ir contratándolos en la medida que sean de utilidad, tal como hoy lo hacen con servicios ofrecidos por ejemplo por las compañías de telefonía u otros. También es obvio que hay que asegurar que cualquier persona pueda costear el aparato, al menos en su configuración básica.

En definitiva, es un enfoque totalmente distinto de entender el asunto. No digo que sea sencillo de implementar, pero creo que puede hacerse. ¿No les parece? Por ahora, aquí está la idea, en su estado embrionario. En un par de años veremos qué tanto se han movido las cosas. Lo importante es que se mueva, ya que definitivamente el futuro de Internet parece estar distribuido en todas partes y en todas las cosas. Y definitivamente no podemos (una vez más) quedarnos atrás.