Gripe A

Cuando yo tenía diez años o un poco más, estaba de vacaciones en una colonia infantil y mi mamá me dio la noticia -a través de una llamada de un teléfono público, ya que no existían los celulares- de una nueva enfermedad de la que todavía no sabíamos nada: era el Sida. Pronto todos nos sentimos excluídos porque sólo afectaba a ciertos grupos y no pertenecíamos a ellos.

Muchos años más tarde nos tocó vivir el cólera. Pero claro, sólo era necesario tener agua potable y lavandina para no enfermarse. Empezamos a dejar las cosas en manos de la gente en lugar de tomar buenas medidas por parte del gobierno.

Ahora las cosas no pegan tan lejos para mi tranquilísima clase media. El último verano mi mayor preocupación fue el dengue. Me la pasé encendiendo espirales, enchufando pastillas y poniendo repelente a cualquiera que anduviera cerca mío.

Todavía tengo el mueble lleno de frascos de repelente, pero ya llegó la gripe porcina,  así que ahora dejo de echar café en las macetas y empiezo a limpiar todo con lavandina… ¡uf! Desde hoy ya no envío a mis hijos a la escuela, ni a danza, ni a fútbol, ni iremos a cines, teatros, muestras…

Creo que los sucesivos gobiernos no están haciendo las cosas bien en materia de salud. Las acciones individuales no deberían ser la única forma de enfrentarse a estos problemas, debería haber una política preventiva y a largo plazo que evitara este tipo de situaciones en el país.

Más allá de las reflexiones, en cuanto a material interesante, recibí esta imagen con las diferencias entre la gripe común y la gripe tipo A:

Diferencias gripe

Por otra parte, vuelvo a recomendar el blog de Pablo Bongiovanni, donde publicó una serie de materiales sobre prevención de la gripe. También agrego el blog de Marisa Conde, con una interesante reflexión y más material para prevenir.