Grândola, Vila Morena
Mural en Grândola con la partitura de ''Grândola, Vila Morena''
Desde siempre, para mi el 25 de abril es el día de la libertad, pues en mi país de origen en esa fecha se celebra la liberación de Italia de la ocupación nazifascista, en 1945. Así que aunque en España, mi país de adopción, el 25 de abril es un día cualquiera, siempre que llega ese día mi recuerdo va para los que han luchado, alguno de ellos sacrificando su propia vida, por ese derecho fundamental.
Este año he tenido la oportunidad de celebrar el 25 de abril en Portugal, donde también conmemoran en esa fecha su liberación de una dictadura, el salazarismo, conseguida en 1974 con la Revolución de los Claveles.
Ese día, a pesar de la lluvia incesante, el Rossio estaba lleno de gente de todas las edades que, con un clavel rojo en la mano, conmemoraba el fin del régimen, acabado por el golpe de Estado militar del Movimento das Forças Armadas, que abrió paso a un proceso de democratización de Portugal y al que se unió masivamente el pueblo luso, que salió a la calle en las principales ciudades portuguesas para apoyar el levantamiento y mezclarse con los militares rebeldes, a pesar de que las indicaciones que éstos daban a la población eran permanecer en sus casas. Por su parte, unos soldados pidieron unos claveles a unas vendedoras ambulantes y los introdujeron en los cañones de sus fusiles para dejar todavía más claro, por si hiciera falta, su deseo de no utilizar sus armas más que como disuasivo para el resto del ejercito y, sobre todo, para la PIDE, la policía política, que antes de rendirse causó la muerte de 4 civiles, los únicos que perdieron la vida en toda la revuelta.
Como señal para el inicio de las operaciones militares, los comandantes del MFA utilizaron una canción prohibida por el régimen dictatorial, Grândola Vila Morena, que eligieron en un concierto que Amália Rodrigues, la reina del fado, había dado en el Coliseo de Lisboa poco menos de un mes antes. Esa canción, al igual que la mayoría de las compuestas por su autor, José Afonso, estaba prohibida por la censura, que en ese mismo concierto impidió la ejecución de otras 5 canciones del mismo cantautor. Sin embargo Grândola, Vila Morena se le escapó, así que Amália la cantó para cerrar ese concierto (la voz del siguiente vídeo es la suya) y la asoció para siempre a la Revolución de los Claveles.
El momento clave del 25 de abril portugués fue sin duda el sitio y la detención de Marcelo Caetano, el sucesor de Salazar, que a partir del comienzo de la revolución se había refugiado en el Cuartel de la Guarda Nacional Republicana del Largo do Carmo, en el Chiado. Ese momento está documentado en este vídeo, en el que se aprecia la gran cercanía y afinidad entre el pueblo y los militares rebeldes.
En ese mismo lugar, unas horas después de la manifestación, pude volver a escuchar Grândola, Vila Morena, tocada por unos gaiteros espontáneos.
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