Respeto a las ideas... pero de todos.

Leyendo planeta EDUSOL veo una entrada de Gunnar Wolf, "Carta abierta a El Universal y al Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual" donde plantea su punto de vista (como persona a fin y desarrollador de Software libre) entorno al concurso "segundo concurso de dibujo infantil Por el respeto a las ideas ­Los niños contra la piratería!

Comparto varias de las apreciaciones hechas en la citada carta y quisiera resaltar el punto que me parece el más relevante.

Más allá de la definición de piratería y de los constantes abusos de los que se dedican a la producción de bienes intangibles, lo que observamos en todas partes es una criminalización del acto de compartir, es decir, de la copia que no persigue lucro alguno.
Algunas de las típicas respuestas a este punto de vista son: "las leyes son así", que con el debido respeto sólo dan muestra de un estadio primario de desarrollo moral, todo o nada; si lo dice la ley esta bien, y si no lo dice también.

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Por ejemplo, si voy al cine me castigan presentándome el vídeo "Mi papá es un pirata", es decir al que pago por ver la película... le recetan y acusan (preventivamente claro) de ser pirata y lo peor compras el DVD y a la entrada !ZAZ!, el mismo video. 

Se parte del principio de que somos unos delincuentes, aún cuando esa copia sea para uso personal y no busque fines lucrativos
No contentos con ello, el concurso del IMPI en México convoca a la niñez mexicana a apropiarse de la noción de piratería y con ello esparcir una cultura que tacha de criminal el derecho a copiar medios digitales y compartirlos.

Creo que va siendo hora que comencemos a ventilar y solicitar una ley de propiedad intelectual, que no sólo cuide y represente a las grandes empresas, si no que este a la altura de los nuevos mecanismos de producción de conocimiento y de los medios digitales, encontrando nuevos mecanismos donde se respeten las ideas... pero de todos.

Sólo para terminar, les dejo la carta citada al inicio.

Jorge Amigo Castañeda, Director General del Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual;
Editores del periódico "El Universal";
Sociedad mexicana, presente.

El pasado día 19 de septiembre leí, con sorpresa y con indignación,
el anuncio en el periódico El Universal acerca de un concurso infantil
denominado -amañadamente- "contra la piratería". Pueden encontrar esta
convocatoria en los archivos electrónicos de El Universal en la
siguiente dirección:

http://www.eluniversal.com.mx/notas/vi_539801.html

Esta convocatoia cae en un sinnúmero de barbaridades, y solicito a
los editores de este prestigioso diario el derecho de réplica.

Antes que otra cosa, si bien es cierto que la cifra de copias no
autorizadas de medios digitales (entiéndase principalmente, si bien no
limitado a estos conceptos, como música, películas y programas de
computadora) son muy altos en nuestro país, bajo ningún concepto
podemos equiparar esto con la piratería. Invito a ustedes a buscar la
definición de la palabra "pirata" en su diccionario de confianza -
Según la 22ª edición del Diccionario de la Real Academia Española,
pirata es:

  1. adj. pirático.
  2. adj. clandestino.
  3. com. Persona que, junto con otras de igual condición, se dedica al abordaje de barcos en el mar para robar.
  4. com. Persona cruel y despiadada.

Lleno de curiosidad, busqué las definiciones relativas a los
significados 1 (Perteneciente o relativo al pirata o a la piratería) y
2 (Secreto, oculto, y especialmente hecho o dicho secretamente por
temor a la ley o para eludirla). Estas definiciones no me ayudaron en
lo más mínimo a salir de mi indignación - ¿Resulta entonces que el IMPI
nos está acusanado de ser una sociedad cruel y despiadada? La piratería
en altamar es una plaga, sí, cerca de las costas de Somalia, Indonesia
y Malasia, y merece reproche y condena unánimes - Especialmente por el
riesgo de vida en el que ponen a la tripulación y a los pasajeros de
las embarcaciones víctimas.

Y puede parecer que esto es una queja en tono de broma - Nada más
lejos de la verdad. Al equiparar la copia no autorizada (un delito, sí,
pero no un delito que ocasiona pérdidas materiales directas a nadie)
con la piratería, la industria discográfica (la principal impulsora de
este término) está llevándonos a ese futuro predicho magistralmente por
George Orwell, en 1984, en que el lenguaje mismo iba siendo
tergiversado, torcido, para manipular a la población. Y sencillamente,
no hay paralelo válido entre la copia no autorizada y la actividad que
lleva a cabo un pirata.

Pero dejemos un poco de lado este primer punto, que si bien es
suficiente para causar enojo, palidece frente a la tiránica postura
defendida por el IMPI. Si el IMPI se enorgullece por premiar a los
niños por denunciar a sus padres y maestros, es imposible no hacer un
paralelo con regímenes más represivos y más lacerantes de la dignidad
individual de la historia de la humanidad: Nos lleva al triste ejemplo
del niño héroe paradigmático de la Rusia soviética, Pavel Trofimovich
Morozov.

Pavel (o "Pavlik") denunció a su padre ante las autoridades
soviéticas por un delito fácilmente equiparable a la copia no
autorizada: Por la falsificación de documentos de identidad. Esta
denuncia llevó al arresto y fusilamiento del padre por parte de la
autoridad. Dos años más tarde, su abuelo no aguantó más la rabia, y lo
asesinó. Durante los 60 años siguientes, Pavlik fue recordado como "El
Niño Héroe" en la Unión Soviética.

¿Queremos realmente transitar hacia una nueva edición de un estado
represor? ¿No sería más adecuado meditar acerca de a quién impactan las
supuestas pérdidas que reporta IMPI -claro está, sin cifras que las
respalden- y cómo debe modificarse el régimen de propiedad para hacer
frente a la nueva realidad de la humanidad?

La reproducción de la información ya no puede ser monopolio, y no
debe ser criminalizada. Claro está, los creadores y los productores
deben ser compensados por su trabajo, por su esfuerzo. Sin embargo, en
esta época de medios digitales, en esta época donde contamos con
Internet, que nos permite intercambiar toda esta información de manera
completamente fidedigna y sin degradación, el modelo de negocios de los
intermediarios es el que, por naturaleza, tenderá a desaparecer.

IMPI no representa a los creadores. No me representa a mí, que soy
desarrollador de software (y, sí, de Software Libre). No representa a
la gran mayoría de los artistas, no representa a los científicos.
Representa únicamente a una industria que está en vías de extinción, y
a los muy pocos artistas bendecidos por el rating de las grandes
empresas de medios.

No podemos tolerar una criminalización tan tajante de la sociedad.
Ni podemos permitir que estos atropellos nos lleven a una sociedad
basada en el miedo y en la denuncia.

Gunnar Eyal Wolf Iszaevich
Académico del Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM
Desarrollador de Debian GNU/Linux