¿Quién gana con la Gripe A? Los secretos del tamiflú

imageUna oscura operación comercial basada en el miedo y cuyo principal beneficiario será nada menos que Donald Rumsfeld, secretario de estado de Defensa con Bush: esa es la trama que desde distintos puntos de la red se está denunciando en torno a la Gripe A. ¿Verdad o mentira? Probablemente, ni una cosa ni otra. Pero el rumor está ahí y hay que contarlo.

La denominada Gripe A –o virus H1N1, o Nueva Gripe- es un problema bien real, de eso no cabe duda. Sin embargo, llama la atención la extraordinaria alarma despertada en torno a esta pandemia. Más precisamente: llama la atención que la alarma provenga de instituciones supuestamente responsables, como la OMS, y que el miedo generalizado al virus contraste con una cifra de víctimas mortales que, aunque siempre lamentable, no deja de ser inferior a la de otras enfermedades con las que convivimos diariamente. Así las cosas, era inevitable que los rumores se dispararan, especialmente en la red: ¿Quién está interesado en que cunda el miedo a la gripe A? En el centro de todos los comentarios hay un nombre: tamiflú, el medicamento que mejor puede prevenir y combatir el nuevo virus.
 
Vaya por delante que el tamiflú es un medicamento tan respetable como todos los demás. Tamiflú es el nombre comercial que la empresa farmacéutica Hoffmann-La Roche ha dado a un antiviral llamado oseltamivir; este mismo fármaco lo comercializa también Procaps con el nombre de Tazamir. En 2005, cuando la epidemia de gripe aviar (virus H5N1) en el sudeste asiático, varios gobiernos compraron grandes dosis de tamiflú en previsión de una terrible pandemia. Finalmente la virulencia de esta enfermedad fue mucho menor de lo esperado.
 
Ahora, con la nueva pandemia del virus H1N1, el tamiflú ha vuelto a ser objeto de grandes operaciones. Hoffman-La Roche ha anunciado que tiene disponibles 3 millones de dosis de Tamiflú y que puede fabricar hasta 400 millones de dosis al año mediante sus alianzas comerciales en diversas partes del mundo. Las acciones del gigante Roche Holding AG en la bolsa de Zürich crecen a ritmo constante.
 
Pero hay algo todavía más notable, y es la identidad de quienes están detrás de este medicamento. El tamiflú ha sido desarrollado por Gilead Sciences Inc., cuyo presidente en 1997 era Donald Rumsfeld, después secretario de Estado de Defensa con George Bush. Roche compró a Gilead la patente del medicamento. Rumsfeld sigue siendo uno de los principales accionistas de Gilead Sciences Inc. Y se ha publicado que, estando Rumsfeld en la Secretaría de Estado, el gobierno norteamericano firmó acuerdos para adquirir tamiflú que se prolongan hasta 2016.
 
Con semejantes datos en la mano la polémica está servida. ¿Realmente hay razones para temer una pandemia masiva de gripe H1N1? Si las hay, ¿es el tamiflú el único remedio? Si lo es, ¿a quién va a ir a parar el dinero que los Estados –es decir, los ciudadanos- de todo el mundo se van a gastar en adquirir las dosis necesarias? El Gobierno español se ha reservado varios millones de dosis del medicamento, retirado de las farmacias. Tendría su triste gracia que el Gobierno Zapatero terminara forrando el bolsillo de Donald Rumsfeld.
 
Esta cosas son sólo rumores, pero los datos que construyen la historia son ciertos. Al lector corresponde la tarea de sacar sus conclusiones. La evolución del asunto en los próximos meses nos dará la respuesta.

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