Tecnologías libres en espacios de educación formal y no formal

Karen Molina

México

Reseña de la conferencia

La ponente empezó mencionando que en 2013 empezó en la alfabetización digital dándose cuenta que solo se enseñaba Word o Powerpoint, dejando otras cosas de lado como el software libre. Es aquí donde se inserta la idea de enseñar programación mediante Scratch, teniendo un mes para aprenderlo pero teniendo buena aceptación con grupos de 12 niños cada en dos turnos. Siendo interesante que varias niñas se interesaron por la tecnología más que como solo usuarias. Habló sobre el hecho de que se dio cuenta cómo y cuándo la misma sociedad empieza a diferenciar entre materiales y programas que son para los niños y cuáles para las niñas, ya que en varias ocasiones las niñas tienen grandes ideas para desarrollar varios proyectos, y no solo en la tecnología sino en la ciencia como tal, pero muchas veces no lo llevan a cabo. El taller se realizó durante dos años, del cual se quería hacer un fanlab pero no se pudo concretar.
En el 2015 colabora con el laboratorio de ciudadanía digital de España, al que entra enseñando Scratch, desarrollando juegos y animaciones, fue ahí donde empezó identificar educación formal y no formal. Habiendo varias cosas que se pueden aprender fuera de la escuela, siendo así que la educación está más presente en actos cotidianos y la vida como tal llegando a la conclusión que la educación informal es más interesante.
En educación no formal estuvo continuamente trabajando Scratch durante varios años, después realizó trabajos con hacedores en temas de Arduino, siendo esta su primera experiencia en la educación formal de escuelas privadas. A lo cual menciona que es más complicado hacer un taller en un ámbito formal en relación a que normalmente, en la educación no formal, se hace una asamblea para que los asistentes (alumnos) decidan las reglas, pero cuando se está en un espacio de educación formal es más difícil, ya que hay veces en las que los mismo profesores y padres no respetan ese acuerdo que se hace entre los alumnos y la ponente. Aunque cuando los profesores también se incluyen dentro de la actividad, firman, se notan muy involucrados en este tipo de dinámicas que se hacen más fácil pero en realidad en el ambiente formal ya hay un imaginario de cómo se llevan a cabo las clases. Habiendo un conflicto de cómo actuar, o construir determinado objeto, que inclusive puede decirse que es mucho para un determinado nivel.
Sobre las diferencias de educación privada y pública, la ponente mencionó que en la privada cuidan mucho su inversión, habiendo ocasiones en las que en un makerspace no se les permite a los estudiantes tocar el material, optando por otras opciones como tratar de insertar una tienda para que compren su propio material. En las escuelas públicas está el problema de la SEP y algunas reglas rígidas, a lo cual la ponente mencionó que una vez cuando estaba dando unos talleres la escondieron porque llegó la supervisora. También mencionó que en su trabajo con el laboratorio pudo entrar a primarias más constante, realizando un taller o hasta 6 que tuvieron una duración de tres meses, en los cuales a veces se daban calificaciones o no, sino más bien qué se hacía un tipo de chequeo desde la opinión de los estudiantes para saber qué es lo que más les costaba trabajo, pidiendo una retroalimentación. Por lo que no había una calificación sumativa, sino que se hacía una feria de proyectos.
Después empezó a dar taller de electrónica y cultura ambiental trabajando en artículos como polinizadores, para igualmente hacer una feria en la que presentan sus proyectos. También la ponente ha tenido experiencia con Arduino, habiendo realizado talleres con un público muy mixto de edades, al final dice que en este acercamiento de los jóvenes con las tecnologías hace falta bastante alfabetización digital (desde cómo encender una computadora) y le preocupa bastante que no se está alfabetizando en ese nivel. Siendo prácticamente huérfanos digitales.
La ponente participó en un programa piloto de la SEP de verano, en el cual encontró que que los niños no sabían de aplicaciones básicas como de notas, teniendo también problemas en relación con los responsables de servicio técnico puesto que no atendían si se les necesitaba, e inclusive algunas personas preferían vender la tablet para pagar servicios básicos de vivienda, siendo esto parte de un problema mayor y más complejo.
En un curso de seguridad digital para mujeres, observó que sólo usaban el internet para buscar cosas, por lo que lo aprovechó para enseñarles qué aplicaciones pueden usar para cuidar tu identidad.
También mencionó que si bien hay directivos y profesores que piden consejos, también hay otros que no, ya que a veces existe miedo para acercarse a la tecnología. El cual debería afrontarse para entender mejor cómo funcionan y que se puede construir con ella.
Sobre cómo sensibilizar a los educadores en la enseñanza de la tecnología, la ponente comentó que en actividades con profesores o padres de familia, pone en práctica las mismas actividades que hace con los niños. Siendo así que en los talleres de programación, en la última sesión con los padres los niños se vuelven los mentores. No tratando a los padres como autoridades sino como pares.
Una pregunta que se realizó en la última parte de la ponencia fue ¿cómo se pueden emplear cosas que se tienen en el ambiente y que lleven al aprendizaje? A lo que la ponente dice que actualmente ya no se puede abrir tan fácil ni siquiera el teléfono, ni arreglar dispositivos, habiendo también una sobreprotección de los aparatos como el teléfono.
Otra pregunta a la ponente fue si podía describir alguna actividad que hiciera con chicos y adultos. A lo que respondió que una sería la formación del acuerdo de convivencia, y la otra actividad es ponerlos frente a la computadora y que abran un juego o Scratch, “y que le piquen!”. Para que entren los niños como mentores.
También le preguntaron a la ponente si notaba diferencias de las niñas en grupos de niñas o mixtos, a lo que respondió que las niñas cuando están en grupos mixtos tienden a no valorar su trabajo o sus ideas, o no compartir sus logros, a diferencia de que si estuvieran en un grupo exclusivo de niñas.
Una de la últimas preguntas fue ¿ómo es la disponibilidad de los adultos para realizar las actividades? Sobre esto la ponente mencionó que el trabajo con adultos en 2013, en sus inicios, entraba al salón y preguntaban “tú eres quién nos dará el taller?”, diciendo “estás muy joven”. Habiendo un imaginario de que quien enseña cómo usar una computadora no podía ser joven,  mujer o no ingeniera. Ahora en el contexto actual menciona que lo que más les conflictúa es la libertad, ya que al momento de decirles que pueden hacer lo que quiera, muestran una expresión de terror. Diciendo “que no sé lo que pasa cuando crecemos, que no sabemos qué es lo que queremos hacer”. Siendo un conflicto imaginario de cómo debe ser un adulto.
En el cierre del encuentro se menciona la importancia de liberar la cultura emigrando del software libre a la educación y cultura libre.